martes, julio 09, 2013

Seguridad social para todos o gran negocio para unos pocos. Este es el dilema. Ricardo Hormazábal.

Hace pocos días, el Presidente Piñera declaró que el sistema de AFP no ha cumplido las promesas hechas a los trabajadores. Muchos sabemos que el Presidente ha sido uno de los principales defensores de ellas y, por ello, cuando afirma esto, confirma lo que hemos venido denunciando desde hace años varias organizaciones sindicales como la CUT, ANEF, ASEMUCH, ANDIME, sindicatos bancarios, nuestra modesta ACUSA AFP, Cenda y Fundación SOL, entre otros.

Se me viene a la mente una analogía. Así como en 1989 cayó el muro de Berlín, el 2013 será recordado como el año en que se está desplomando el Muro del Engaño construido por las AFP para evitar que los chilenos pudieran ser informados de este estruendoso fracaso. ¿Será el 2014 el año de la Justicia Social?

Cambio 21.cl y el Semanario del mismo nombre han estado a la vanguardia en esta lucha, en la que muy pocos medios de comunicación han participado. Creo que sólo Cambio 21 en sus dos expresiones ha dedicado portadas, develando la magnitud del abuso.

El Presidente Piñera con su reconocimiento, se ganó el injusto calificativo de "ignorante", el que fue usado por su hermano José, el autor de la máquina concentradora de riqueza que son las AFP. Los que conocemos, al Primer Mandatario y que discrepamos profundamente de él, sabemos que no es un ignorante. El Presidente sabe muy bien que el sistema de AFP les ha servido a empresarios como él para obtener capital barato y lograr ganancias millonarias. No por casualidad el Presidente de Chile es dueño de una fortuna superior al 1,5% del PGB del país. Tampoco se le puede considerar un enemigo de la industria de las AFP, muy por el contrario, su accionar y las soluciones que propone, son para mantener el sistema injusto con vida. Más cotizaciones de los trabajadores y postergar la edad de jubilación son más ganancias para las AFP, sin mejorar la situación de los afiliados.

Pero su reconocimiento ayuda, sin lugar a dudas, a que este tema se ponga entre los prioritarios de la campaña presidencial, según lo reconocen medios de comunicación defensores del sistema. El Mercurio ha dedicado editoriales para defender las AFP y José Piñera Echeñique los agradece y cita como ejemplos de la supuesta ignorancia de su hermano Presidente.

Los lectores de Cambio 21.cl saben, por las columnas que he escrito, que fue José Piñera el que hizo dos ofertones para vender su engendro: El primero, que las remuneraciones líquidas serían un 8% más altas que en el sistema antiguo, ya que el sistema de AFP sólo necesitaba del aporte de un 10% de las remuneraciones de los trabajadores y que no eran necesarias las cotizaciones de los patrones, ya que el Estado debía asumir el costo de las asignaciones familiares y otras prestaciones. La segunda promesa fue que las pensiones serían el 70% de la última remuneración. (Ver su libro El Cascabel al Gato, especialmente página 18).

Las cifras oficiales indican que las pensiones son un 30% de las últimas remuneraciones, lo que reconoce el propio diario El Mercurio en su edición del 30 de junio recién pasado, cuerpo B, página B4.
Nosotros hemos insistido en que las AFP son el nudo gordiano en que se basa la tremenda desigualdad que asola a Chile. Por ello, deben ser enfrentadas por todos aquellos que quieren terminar con esta injustica atroz que permite a 300 chilenos quedarse con el 10% del ingreso nacional.


Este tema, como hemos explicado en numerosas ocasiones, tiene que ver con los valores vigentes, con la libertad de Prensa, con políticos independientes de los grupos económicos, con invertir en Chile para terminar con las regiones abandonadas y, por supuesto, con las pensiones. La primera opción es si se mantienen los principios doctrinarios en los que José Piñera fundamento el sistema de AFP, esto, los principios de los Chicagos, como lo indica en su libro ya citado o una visión moderna, solidaria, inclusiva. Los que crean que no debe haber Seguridad Social deben defender las AFP, la industria, el negocio, como ha pasado en estos 32 años. En cambio, los que pensamos que necesitamos un sistema que ayude a la redistribución de los ingresos, debemos proponer fórmulas para cambiar el sistema que deben basarse en la libertad de las personas y las experiencias acumuladas en este ámbito.

José Piñera ha escrito que la Seguridad Social no debe ayudar a la redistribución de la riqueza y que la piedra angular debe seguir siendo "Tanto aportas tanto recibes". Los propios países de la OECD, con la excepción de Chile, defienden el rol redistributivo de la Seguridad Social y la necesidad del aporte patronal por cuanto reconocen que no hay un punto de partida común en las sociedades. MENOS EN CHILE.

Pero hay avances. Crece la opción de que los patrones aporten a lo menos 3% más de las remuneraciones, como dicen Ricardo French Davis, Schmidt Hebel o el 10% como creemos otros. Dónde no hay dos opiniones es en que las AFP han permitido la gran CONCENTRACIÓN DE LA RIQUEZA. José Piñera no oculta el hecho que con las platas de los trabajadores se privatizaron las empresas del Estado, se formaron las ISAPRES, se fortalecieron las Compañías de Seguros y que el sistema buscaba un resultado político, convertir a los trabajadores en socios de los grandes capitalistas.
La respuesta mundial es contraria al modelo liberal, en Chile, con todas las facilidades que le ha dado el Estado, es un fracaso para pensiones dignas, ¿Por qué mantenerlo?

Más allá del legítimo derecho de los candidatos presidenciales existentes a serlo, me parece que la disputa real será entre Michelle Bachelet y Pablo Longueira. ¿Cuáles son sus planteamientos al respecto?
Longueira ha sido y será férreo defensor de las AFP. No hay que pedirle peras al olmo. ¿Qué hará Michelle Bachelet? Durante su gobierno no se tocó el sistema, sólo se amplió el rol del Estado con la creación histórica, justa y pertinente de la Pensión Básica Solidaria y se le entregaron otros regalos a las AFP.

Esa fue la influencia liberal de Andrés Velasco y la transversalidad liberal concertacionistas, minorías absolutas en los partidos y en el país, pero con un poder tremendo en las superestructuras políticas. En uno de mis libros, "La Reforma previsional de la Presidenta Bachelet", publicado el año 2008, señalé que en el Programa Presidencial que los partidos concertacionistas entregaron a la candidata no se proponía el cambio del sistema. Adolfo Zaldívar, entonces Presidente de la DC, criticaba de palabra el Modelo, pero en los hechos reales lo defendía dónde y cómo podía. Lo mismo hacían los liberales socialistas, PPD y de otras fuerzas. Por ello, sostuve en esa publicación que la Presidenta cumplió con el programa prometido al país, lo que no siempre ocurre. Me habría encantado que ella apreciara en su mandato este fracaso de las AFP, pero eso no pasó.

¿Hará lo mismo ahora?

Creo y ruego que no. En declaraciones recientes a La Tercera señaló, que ratificaba los tres ejes de su campaña, reformas profundas en educación e impuestos y nueva Constitución, para mí genial, ya que concuerdo plenamente con ello. Pero confieso que más me gustó cuando declaró: "Hay cosas que han pasado, por ejemplo en las pensiones, donde las promesas de tasas de reemplazo de 70, 80 por ciento de los salarios no se cumplió. Tenemos gente de clase media que ganaba un millón trescientos mil pesos y al jubilar, después de 30 o 35 años, sacan pensiones de $ 280.000, $ 320.000. Entonces yo creo que no bastan las figuras macro si no se traducen y reflejan finalmente en la vida de las personas."
La candidata está demostrando que ha escuchado el horrible sonido de la desigualdad y la injusticia. ¿Y los partidos que la apoyan?

La DC hasta aquí, parece no escuchar, su candidato Claudio Orrego no se pronunció sobre estos temas de fondo, como sí lo hizo y bien en el caso de las ISAPRES. Su presidente Ignacio Walker es reconocido defensor del modelo liberal y, para mantenerlo, le entrega a la candidata triunfante un programa que, contrariando los acuerdos del V Congreso de la DC, no dice una palabra sobre las AFP. Una razón adicional para que la DC discuta la continuidad o no de esa conducción.

¿Qué harán los demás? El PR y el PC parecen estar por cambiar el sistema. Tarea pendiente para el PS y el PPD. ¿Podrán sus militantes reales imponerse a los liberales? No basta hablar de una AFP del Estado, ya que ella no cambia el sistema, aunque puede ser de ayuda en un contexto de cambio.


Sin pretender que Dios esté de mi parte, ya que el Dios en que creo es para todos, ruego que la Nueva Mayoría escuche el clamor ciudadano y que la gente de derecha que conozco y que también quiere cambiar tanta injusticia pueda sobrevivir a la marea integrista de derecha, promovida por los poderosos grupos económicos que controlan la economía, los medios de comunicación, las universidades públicas y privadas y a una parte importante de la dirigencia política.