miércoles, octubre 26, 2011

A refundar la República. Leonel Sanchez J.


Los vientos de transformaciones que corren por los suelos chilenos parece que nos indican una nueva etapa política, donde el corolario de ella es la necesidad de una Nueva Constitución Política que sea fruto de una asamblea constituyente.

Recordemos que la historia de las Constituciones Políticas chilenas ha sido siempre una imposición de la oligarquía de turno y nunca de un proceso participativo.

Es así, que ahora tenemos una oportunidad única de generar una Constitución desde otra base social y política, para lo cual se deben generar diversas condiciones para ello.


En primer término debo señalar que, definitivamente, la oligarquía no me representa, lo cual constituye una expresión paradojal, pero necesaria de manifestar.

Por lo anterior, frente a la crisis de la derecha y su muy probable derrota electoral en las presidenciales del 2013, los y las militantes de los partidos políticos de la oposición tenemos una gran responsabilidad y desafío, el cual consiste en que no vuelva la misma oligarquía política que se comprometió con el actual modelo de desarrollo.

El mayor problema del sistema político chileno es que tiende cada vez más a la oligarquización – ejemplo de ello es la cantidad de senadores y diputados designados por la propia oligarquía sin que sean “visados” por la ciudadanía – considerando que en la mayoría de las elecciones el resultado se conoce de antemano, bastando el nombramiento de la misma oligarquía del candidato, en las elecciones al parlamento.

Afortunadamente, los estudiantes tienen muy claro que el movimiento por la educación es político y dicha conciencia empieza a permear a todo el tejido social y a la ciudadanía en su conjunto. Si no se cambia el modelo de desarrollo, no vale de nada la movilización.

El imperativo que tenemos por delante es Refundar la República de Chile. Por lo tanto, hay que tener cuidado con los modelos anteriores y concentrarse en la creación de nuevos modelos de desarrollo, apostando a aquellos que permitan romper la desigualdad e injusticia imperante.

Tal vez un buen punto de referencia sea definirse en torno a quienes estamos por renacionalizar el cobre y quiénes no.

Para comenzar la construcción de este nuevo modelo de desarrollo, si vamos a debatir y dialogar sobre reformas constitucionales, que sea sobre la base de una Asamblea Constituyente para definir una Nueva Constitución.

Hasta el momento, las encuestas incluyen solamente a las figuras tradicionales, ¿pero qué ocurriría si aparece un postulante atípico, en un país que claramente está cansado de la política?   ¿Tendrán estos políticos que no parecen querer reaccionar a los reclamos ciudadanos la capacidad para adecuarse a un peligro desconocido?