sábado, septiembre 10, 2011

A propósito de lo que escribió Felipe Cubillos en La Segunda, doc. que copio, despues, mi opinión.Miguel Ángel Schuda G.

Soy un indignado Pertenezco a ese grupo de chilenos que después del terremoto y tsunami del 27 de febrero de 2010 nos hemos dedicado a ayudar a levantar escuelas, jardines infantiles, botes de pescadores y comercios que fueron destruidos por la fuerza de la naturaleza. Hemos sido miles los que hemos dedicado nuestro mejor esfuerzo, nuestra pasión y nuestro compromiso en ayudar a volver a levantar a Chile. 



Lo hicimos desde la alegría y desde nuestra libertad.Muchos lo hicimos donando a Teletón, Desafío Levantemos Chile, al Techo para Chile y a muchas organizaciones de la sociedad civil. Miles de jóvenes se volcaron a ayudar a miles de familias chilenas, y nos conmovimos con el sufrimiento, pero sobre todo nos cautivamos con el compromiso de tantos por reconstruir nuestra sociedad. Sabemos que todavía nos queda mucho por hacer.Soy un indignado, porque trabajamos sin descanso para que ningún niño chileno perdiera su año escolar en 2010 y, junto a mucha gente, lo logramos. Pero, un año después, vemos que miles de nuestros jóvenes están a punto de perderlo.
Soy un indignado, porque logramos levantar escuelas caídas para que nuestros niños pudieran estudiar, pero, un año después, otros las queman.Soy un indignado, porque trabajamos sin descanso para levantar los pequeños comercios devastados por el terremoto y tsunami para que los emprendedores se volvieran a levantar; pero, un año después, veo a cientos de comerciantes como ellos que sufren los destrozos de sus locales cada vez que hay una protesta callejera.Soy un indignado, porque un joven inocente ha perdido su vida tan sólo por haber estado en el lugar y momento equivocados (mientras escribo esta columna nos acabamos de enterar de que la bala que mató al joven Manuel Gutiérrez salió del arma de un carabinero; ojalá tengamos la mesura para condenar un hecho puntual y no a una institución completa, pues si es así escalemos también hasta los organizadores de las protestas).
Soy un indignado, porque vimos cómo nuestros carabineros evitaban los saqueos en los días posteriores al terremoto, y ahora vemos cómo delincuentes, escondidos entre los estudiantes, los atacan sin piedad en cada protesta. Soy un indignado porque, pese a todos los problemas que tenemos como sociedad, hemos tenido avances notables en las últimas décadas, y hoy nadie se atreve a reconocer su paternidad o maternidad. Soy un indignado por esos pseudoempresarios que engañan a la gente, sobre todo a los más pobres, renegociándoles sus condiciones sin ni siquiera preguntarles.Soy un indignado, porque conozco a muchos emprendedores de la educación subvencionada que, precisamente por hacerlo mejor que los colegios estatales (sí, los municipales, también son estatales), hoy día corren el riesgo de tener que cerrar sus colegios.Soy un indignado, porque muchos de los parlamentarios de nuestro país han renunciado al liderazgo y responsabilidad que les otorgamos en las urnas.Soy un indignado cuando veo al presidente del Colegio de Profesores defendiendo una supuesta calidad de la educación, cuando el gremio que preside se niega a evaluarse.Soy un indignado, porque no estamos discutiendo las verdaderas y profundas razones de la pésima y desigual educación que les estamos entregando a nuestros jóvenes, quizás porque llevamos años usando a la educación como caballito de batalla de la política de turno.Soy un indignado porque, salvo honrosas excepciones, hemos caído en la política de las encuestas y el Twitter, y hemos renunciado a defender las convicciones. ¿Qué tal si los políticos apagaran por unos días sus computadores y se dedicaran a defender sus convicciones?Hoy día hablo por mí, y sólo por mí, porque además creo que no somos muchos los que en estos tiempos creemos en la libertad; sí, esa libertad para emprender, para equivocarse, para educar, para enseñar y para aprender.Soy un convencido de que la derrota de la libertad no se debe a la fuerza de sus enemigos, sino que a la debilidad de sus defensores 
Estimados:  
A Felipe Cubillos le tomé admiración y respeto este ULTIMO AÑO Y MEDIO, porque renunció a seguir en sus negocios, a seguir lucrando hasta lo que mas se pueda (como hacen muchos) para dedicar su tiempo, dinero, esfuerzo e inteligencia a los que mas lo necesitaban y además sintió en ello una gran motivación y satisfacción personal, mas que en todo lo que había hecho con anterioridad, según sus propias palabras y no tengo por qué dudar de ello. Para los que creen que El Lucro debe ser el motor del desarrollo, incluída la educación, la salud, la seguridad, etc. etc.,  Felipe Cubillos demostró que no, que hay valores mas importantes que el seguir haciendo todo en post del dinero o beneficios como le llaman a hora.  
Me alegro que lo haya hecho y, si pudiera, lo felicitaría. Pero por qué no se indignó antes, este país, ¿empezó el 27 de Febrero?, no pasó nada antes para indignarse?, no vivimos años horrendos, donde una palabra, nada mas que una palabra de aquellos que tenían poder e influencia, como él y su familia, habría causado quizás mucho, pero mucho mas alivio que el que ahora causó. Quizás habría salvado vidas.  ¿No es éste,  el país mas desigual de todos los de la OCDE, no tenemos la peor educación o unas de los peores servicios de salud y previsión que todos nuestros pares?..¿eso no daba, antes y ahora,  motivos para indignarse? 
También me indigna que los violentos destruyan parte de la cuidad en una protesta o en una  manifestación de fútbol y que en este año ya le ha costado cerca de M$ 2.500.000.-  (US$ 5 millones)  a Chile,  pero me indigna infinitamente mas, que los que le robaron a la gente de este país,  cerca de US$ 400 millones con La Polar,  nadie los persiga. ¿Están presos o siguen donde mismo disfrutando de los placeres mundanos? ¿El robo de los bancos con las pólizas de seguros, que se calcula como en US$ 150 millones, ¿están detenidos sus autores?...Nada amigos míos...todo sigue y seguirá igual.. y así podríamos seguir nombrando muchísimas mas barbaridades que nadie persigue;  pero si se reclama por todo ésto u otras miles de causas en las calles, y se rompen cosas que nadie quiere, ni pretende, inmediatamente  sacan la voz y lo escriben en todos los medios que  tienen acceso   ........... ...un poquito mucho, no les parece? Nadie discute su obra y  dedicación post terremoto, pero eso no da derecho a desconocer que hay miles que luchan, desde hace mucho tiempo, por un país mas justo y solidario, con mejor educación e igualdad de oportunidades y beneficios mas equitativos. 
En un país donde la  familia de mayor ingreso, lo tiene, como promedio,   87 veces mas que la de menor, me parece un exceso pretender que, además, no se reclame en la calle. Nadie avala que se haga con violencia, que algunos les conviene exagerarla,  para evitar discutir el problema de fondo.  Los estudiantes, la gran mayoría de los que están protestando, arriesgan mucho por todo lo anterior y saben que ellos no verán los beneficios, pero  si no fuera por su lucha, nada cambiaría en este país y quizás muchos, como Felipe, pensarían que estamos muy bien, que todo funciona y que basta con que algunos pocos hagan algo de filantropía para solucionar los problemas nacionales. Por favor, las políticas públicas no se hacen con esfuerzos personales, por muy hermosos y loables que sean, como el de Felipe Cubillos.
 Fraternalmente