viernes, julio 08, 2011

UN ACUERDO NACIONAL . Osvaldo Verdugo

Refundación de la educación pública en un cambio de época.  El modelo de “Alcaldización Autoritaria” de los 80 y la “Municipalización  democrática” de los 90 atraviesan por una profunda  crisis terminal (37% de la  matrícula). Mas allá de los esfuerzos que se hicieron en las últimas dos décadas en  crecimiento de la inversión, cobertura (de una educación de elite a una de masas),  infraestructura, aumento de las remuneraciones, etc. Su desigualdad sigue siendo  inaceptable, por lo que debe ser reemplazado por otro de distinta naturaleza.

 Para un debate con altura de miras, he planteado la construcción de un nuevo  sistema educativo de cara al siglo XXI – La Sociedad del Conocimiento – Moderno,  nacional, descentralizado, que promueve el bien común en una sociedad heterogénea y  culturalmente diversa (7 de cada 10 jóvenes llegan por primera vez a la Universidad),  conciliando el derecho a la educación con la libertad de enseñanza, donde el avance  veloz, amplio, profundo, vertiginoso e innovador de la ciencia y la tecnología ya está  cambiando el pensamiento, las conductas y las formas de convivencia humana. 
La misión de este modelo, por lo tanto, debe ser el pleno desarrollo de las  capacidades y talentos de todos los niños(as) y jóvenes de Chile, y a su vez, la  transformación pedagógica de los educadores(as) desde su formación inicial y la  elaboración de una atractiva carrera profesional. Todo lo anterior inspirado en los  principios y valores de La Declaración Universal de los Derechos Humanos – Currículo  sustantivo-, deben conducir a la escuela a  convertirse en un lugar de encuentro y reconocimiento de la diversidad, (no en un campo de batalla), donde el respeto, la  tolerancia y la aceptación de si mismo son la clave para “Aprender a Vivir Juntos” a lo  largo de la vida.  
 No es la competencia – tenemos que terminar con el financiamiento compartido  - sino la colaboración la que debe iluminar “La Refundación de la Educación Pública”  mde calidad para todo(as) en todos los niveles. Es una tarea común de todos los actores  para consolidar la democracia y construir la cohesión social, donde niños(as), jóvenes y  adultos de las diversas condiciones sociales, credos religiosos y visiones ideológicas,  puedan ser educados en un proyecto compartido, de naturaleza pública, como pilar  fundamental en la construcción de una sociedad más justa y consolidar los valores de la  vida republicana. 
 Esta nueva institucionalidad – Estatal y Descentralizada – debe fortalecer la  responsabilidad de los sostenedores públicos y privados, según los estándares  nacionales, otorgando, reconociendo y ponderando competencias adecuadas a la  heterogénea realidad territorial, social y cultural del país, y, a su vez, asegurar la  transparencia y la rendición de cuentas de los recursos y los resultados educativos.  
Cada establecimiento educacional además, deberá pertenecer a una jurisdicción  territorial – comunal, provincial y/o regional - dentro de la cual se estudiará en forma  permanente la demanda y no se podrán construir más establecimientos a menos que así  lo determinen las referidas estimaciones.  Finalmente, este nuevo modelo debe garantizar una  gestión eficiente, con  liderazgos efectivos, competencias técnico-pedagógicas, participación de la comunidad  educativa, de giro exclusivo, que transforme la educación en una red que garantice el  ingreso, permanencia y egreso de una educación de calidad para todos los niños(as) y jóvenes chilenos.