lunes, junio 13, 2011

Ingreso minímo y alzas de precios para los más pobres y vulnerables. Alfredo Peña R.

El gobierno reiteradamente ha destacado su crecimiento económico y sus 470.000 nuevos empleos aunque más del 53% de los chilenos no cree en que ellos sean de calidad. Esta semana debiera discutirse -en el Parlamento- el incremento del Ingreso Mínimo y ya el Ministro de Hacienda ha llamado a la moderación y prudencia; la que él no ha tenido cuando en la televisión y conferencias empresariales anuncia estas cifras macroeconómicas.
Hoy en el país hay alrededor de 600.000 perceptores del Ingreso Mínimo mensual ($172.000).Además, hay otros 300.000 trabajadores que ganan hasta 1,2 ingreso mínimo. Significa que hay un 22% de la fuerza laboral chilena que tiene ingresos mensuales modestos (hasta 1,2 ingreso mínimo mensuales).Este sector de trabajadores carece de calificación laboral y no tienen posibilidades de negociación colectiva; por ello, la definición en el Parlamento del monto del ingreso mínimo debe hacerse con transparencia y mirando la realidad salarial y laboral de estos trabajadores perceptores del mínimo.Los trabajadores del Mínimo están viviendo un alza de precios de su canasta básica de alimentos, transporte público y combustibles y eso se refleja en los siguientes datos:IPC combustible (transporte) últimos 12 meses es: 12,08%IPC combustibles (calefacción) últimos 12 meses: 20%IPC de los alimentos últimos 12 meses es: 7,4%. Esta presión inflacionaria está afectando a los trabajadores más vulnerables como son los trabajadores del Ingreso Mínimo ya que además el índice de remuneraciones en las pequeñas empresas en los últimos 12 meses ha crecido sólo en 0,6% en términos reales (3,9% nominal).O sea los trabajadores del Mínimo están sufriendo esta espiral inflacionaria (ya que en su canasta de consumo la incidencia de los alimentos, transporte y calefacción es superior a los grupos acomodados) y es razonable entonces demandar que el reajuste del Ingreso Mínimo debe a lo menos considerar la recuperación del poder adquisitivo tomando como base el IPC de los pobres (o de los alimentos) y un porcentaje de incremento real que traspase a los trabajadores los frutos del crecimiento económico que tanto se vanagloria el actual Gobierno y en especial su Ministro de Hacienda.Ese millón de trabajadores que gana el mínimo o un poco más (entre $172.000 y $200.000) demandan una señal especial pro equidad: un reajuste real del Ingreso mínimo sobre la base de su IPC. Ante la debilidad manifiesta del movimiento sindical debiera ser la oposición parlamentaria la que insista que el Ingreso Mínimo es una herramienta de Equidad Social y que debe reajustarse -a partir del 1º de julio- sobre la base del IPC de los pobres de los últimos 12 meses y un % de incremento real considerando el crecimiento económico del país.