martes, junio 07, 2011

¿HACIA DÓNDE VAN LAS RELACIONES ENTRE EL GOBIERNO Y LA OPOSICIÓN PARLAMENTARIA?. Ignacio Balbontín Arteaga

Para comprender el sentido político de los vaivenes del último mes,  entre los dos bloques de gobierno y oposición, proponemos hacer uso  de dos coordenadas o vectores fundamentales de orientación: uno del plano ideológico y el otro de la práctica en el ejercicio del poder. Ambos chocan, se entrecruzan y combinan dentro un clima,  ambiente, o  situación subjetiva, previa al Mensaje Presidencial que ha cambiado. Ha pasado a ser diferente a la del mes anterior, derivando en distintos niveles de entendimiento o confrontación ya que la sociedad despierta de su letargo. Consideraremos que el intento de construcción del  “relato”  gobiernista y  el estilo de gobierno que se impuso en el equipo ministerial, son buenas claves de comprensión que pueden derivar en diferentes resultados políticos.


1. Mayo un mes difícil
Desde fines de  abril y durante todo el mes del mayo, se produce tradicionalmente en Chile, salvo excepciones como serían los terremotos u otras grandes catástrofes, un clima favorable a la movilización social. El  año ya ha comenzado y la gente se ve sumergida en su actividad normal. No hay por lo tanto coyunturas que aprisionen su accionar como son las pruebas, exámenes u evaluaciones finales sea en la actividad estudiantil o en el trabajo. 

Los ciudadanos “de a pie” y sus redes, están por lo tanto en condiciones y quieren ser considerados en las tomas de decisiones políticas y lo manifiestan. En éste año, durante éste lapso de semanas, hemos visto que el oficialismo ha vacilado desde actitudes iníciales de unidad y  búsqueda de consensos, hacia otras posturas, marcadas por la agresividad y nuevamente de vuelta al diálogo. 
En primer lugar, para comprender lo que sucede hay que considerar el ambiente psicológico creado en éste mes de Mayo del 2011 entre el 1º día del Trabajo y el 21, día del Mensaje Presidencial o Cuenta Pública. Dentro de éste clima “normal”, diferente al del año pasado, de “luna de miel” inicial, terremoto y de los 33 mineros, se vienen a hacer presente las contradicciones estructurales y subjetividades políticas que estaban latentes. Esto nos permite observar más nítidamente en condiciones de normalidad social, cómo funcionan los actores y sus eventuales resultados políticos.

En las cuatro últimas semanas antes de la cuenta pública se observa un accionar político aparentemente caprichoso en el que destacan el Presidente, su comité político y sus voceros. La frase clave, de mayor agresividad descalificadora, la pronunció el Presidente refiriéndose a la oposición, signándola primero de  “Perro del hortelano” pero luego a pocos días se declaró, en disposición al diálogo. Al parecer con estas “movidas”, se intenta marcar las diferencias con la Concertación, en materia de ejecución programática y cumplimiento de la agenda legislativa.
Este juego, no le quita  al gobierno su rasgo ya dominante de emulación. La gente siente una trasnochada imitación de la senda recorrida por los gobiernos pasados. Se sigue “haciendo más de lo mismo” especialmente en materias sociales. Al parecer el gobierno ha decidido seguir el mismo camino antes trazado por la Concertación,pero ahora intentando teñirlo pragmáticamente de sus ideológicos, sobre la base de tres ejes: las seguridades ciudadanas, los valores familísticos y la igualdad de oportunidades.Quiere distinguirse de la Concertación en el terreno de las políticas sociales, pero aquello no le está resultando. Su oferta real de carácter social, “tiene gusto a poco”. Se le introduce letra chica al contrato.


Por esta vía, al Gobierno le será difícil obtener un  sello propio. Las políticas sociales adquieren limitantes que anulan su credibilidad y efectividad. Se empobrecen al ser rigurosamente diseñadas y propuestas legislativamente de manera esmirriada y mezquina,siguiendo los criterios y el visto bueno del Ministerio de Hacienda como “garante” y poseedor del sello de calidad tecnocrático. Es en ese sector de la administración donde se les incrustan los límites ideológicos radicalmente neoliberales, transformándolas en focales y limitándolas en su cobertura y efectividad.
En el gobierno unos insisten en atacar a la oposición, “sacándola al pizarrón” pero otros en hacer el juego de imaginería o mitificación, destinado a convencer a la gente que el “populismo focalizador” de derecha, vale lo mismo y que incluso es mejor, que los “cambios estructurales y graduales de fondo” que propuso inicialmente la Concertación. 

Usando la presión de las urgencias legislativas con la capacidad de agendar políticamente que posee el Presidencialismo institucional, el gobierno intenta volcar dentro  del inquieto clima descrito al comienzo, un escenario político que tiende a serle adverso. Esta manipulación, se hace por medio de presiones comunicacionales y juegos de poder administrativo, los que se aplican en dos niveles distintos:  el ideológico-comunicacional y aquel de la práctica legislativa.
Todo queda enmarcado y circunscrito sin embargo, dentro del círculo cerrado donde se encuentra hoy la actividad parlamentaria y gubernamental. Esta permanece amurallada, muy lejos de la gente, aislada por una  brecha de grandes barrerasinstitucionales. De esta manera y en este clima tensionado, se intenta desconocer y negar la ebullición social que se hace presente y por eso el Gobierno se ve sobrepasado. Se encuentra carente de insumos sociales.

En ambos escenarios el social y el político, se está empleando la misma táctica coincidente con el “carácter presidencial que tiene un alto sentido de la oportunidad y de la gestión tecnocráticavertical separada de la gente”. Primero se presiona fuertemente y luego como si fuera un acto de magia, se intenta sorprender al adversario político, aparentemente abriéndose al diálogo con la oposición y a la opinión pública. Este juego se efectúa  cambiando los focos de atención.

En realidad, se trata de disimular la opinión pública negativa que está envolviendo al gobierno, con un rechazo sostenido del 49%, en las encuestas y un respaldo de un 41%,  acusando a la oposición de obstruccionismo.  Por medio de imágenes negativas y críticas distorsionadas del pasado, dirigidas a los gobiernos concertacionistas, se intenta aplicar el viejo adagio del guerrero “no hay mejor defensa que el ataque sorpresivo y nocturno”. 
Antes del Mensaje se trata de culpar a la oposición de las fallas del gobierno,  “traspasando el peso de la prueba” respecto de sus propias falencias. Se busca que recaigan sobre ella, las demoras en la reconstrucción y las dificultades crecientes en el costo y en la calidad de vida de los chilenos. Con esta actitud, se espera generar cohesión en las propias filas y  dispersión  en las de los otros.  Con todo, el gobierno sigue perdiendo apoyo, sin que por su parte, la Concertación gane adhesión. Este es un juego de suma cero, porque ambos están aislados.

2. El eje central de los tres vectores gobiernistas: la igualdad de oportunidades
De los tres ejes del mensaje, hay uno que es más  “igual entre los demás”: la igualdad de oportunidades. Esta mitificación de carácter ideológico, el gobierno la despliega en un derroche comunicacional, ejerciendo presiones morales que apuntan hacia la oposición. Se trata de ocupar el territorio social que ésta tenía antes, especialmente las capas medias. Lo hace en un movimiento envolvente, teniendo como referencia privilegiada las propias filas del oficialismo. Se trata de sacar el conflicto desde el interior de sus propias líneas, para intentar re encantar a la gente y unir a sus propias huestes, las que tienden a desordenarse frente a la adversidad que se vislumbra a futuro. 

Se busca hacer coherente la acción política, imponiendo sin mucha deliberación, un mismo discurso oficial, destinado a aunar los esfuerzos de la tecnocracia gerencial del gobierno, con los planteamientos de los distintos partidos oficialistas. Así se entiende, la discusión que ahora hemos presenciado a través de la prensa oficialista, en torno a cuestión del “relato”. Para superar la ansiedad creciente entre sus propios miembros y los afanes entrecruzados de sus múltiples “liderazgos anticipados”, se busca emblematizar un objetivo estratégico común.  Se trata de resolver el dilema de la capacidad de reproducción política de la derecha, mediante el llamado y la promesa de “la sociedad de oportunidades, a la que todos estaríamos convocados”.

En realidad, lo que sucede es que existe una falla estructural en la construcción de éste  “cuento” ideológico. Tiene al menos dos referentes contradictorios que tironean al oficialismo y que confunden el sentido del accionar del gobierno ante la gente. Por una parte está el deseo idealista de algunos liberales más democráticos, de conducir al país hacia una sociedad de “igualdad de oportunidades”, por la otra está la cruda realidad de un país enormemente injusto para las grandes mayorías. Perseveran en él los históricos vestigios sociales, discriminadores, y excluyentes, brutalmente incrementados por las instituciones que dejó la dictadura de derecha. La misma de la que muchos de ellos formaron parte y que tuvo una radical inspiración neoliberal, conservadora de privilegios. El llamado a la igualdad de oportunidades, choca con el ideario de los más conservadores, pero además, contrapone al oficialismo, con larealidad social. Esta fricción interna incrementa aún más la desconfianza de la gente hacia el gobierno. El discurso de la igualdad, puesto en boca de la derecha, suena grandilocuente  y hueco. Aparece como un llamado engañoso, hecho por los mismos que históricamente, han manejado las válvulas y controlado las filtraciones sociales, generando fronteras infranqueables.


En el orden ideológico, debe tenerse en cuenta que hay una inconsistencia lógica entre “el ideal comprometido” y la cruda realidad chilena. Hay una gran distancia, entre la promesa de “igualdad de oportunidades” y la estructura social hoy existente. Éste fue formalmente planteado como compromiso de campaña por el Presidente reiterado, el 21 de Mayo del año pasado y especialmente recordado hace pocos días por su  ministro Larroulet. 
Los porfiados hechos sin embargo, lo contradicen. La realidad estructural,  no cambian en el corto plazo. En Chile existe una enorme desigualdad, económica, política, social y cultural, que se ignora y disimula con cierto cinismo, empleando un doble discurso construido a través de justificaciones, adornadas de impedimentos técnicos y presupuestarios.
Esto lo perciben  “cada día, los ciudadanos de a pie”, pero las distintas percepciones producen confusiones. Sólo a ojos vista de vista experta y objetiva, “las canchas en las que compiten los chilenos y chilenas aparecen disparejas”. Esto no es percibido con claridad por la base popular y aquí surge la sorpresa. Debido al entrecruzamiento comunicacional de diversos sentidos, estilos, mensajes, imágenes e informaciones, se produce desubicación y dispersión en muchos actores.

“Las oportunidades” no son iguales, en ningún terreno. No se informan igualmente, ni todos tienen las mismas herramientas. Sin embargo, hay que reconocer que hay una bruma que impide una visión nítida. En política, todos no tienen igual representatividad, en los mercados no tienen de lejos, acceso a los mismos bienes y servicios comparados con aquellos que posee el círculo cerrado de poder ubicados en el 1% más alto de la estratificación y que controla el timón de la concentración económica. En la sociedad por consecuencia, las personas de distintos estamentos, no tienen, los mismos reconocimientos a sus esfuerzos. Sus talentos, garantías y derechos no pesan lo mismo. Finalmente no todos tienen acceso al mismo influjo cultural, moral y político en sus intercambios y expresiones simbólicas. Las distancias son siderales.

Por todo esto, muchos de los chilenos de la mitad que se identifica con las capas medias, desgraciadamente aún creen que hoy es posible lograr la mentada “igualdad de oportunidades” con un gobierno de derecha. Con la confusión dispersante que experimentan, se restan progresivamente de opinar y de participar políticamente, no adscribiéndose a ninguna coalición o partido. Aún mucha gente, no entiende ni tiene claro el  ¿por qué?de las desigualdades, diferencias y discriminaciones se mantienen y tornan en exclusiones. Esta nebulosa provoca diferentes intereses y luchas entre individualidades y grupos sociales medios generando así, una dispersión política que hasta ahora ha sido imposible de superar.

El resultado es que la Concertación se debilita, ahora es rechazada por más del 60%.Si se compara a Chile según el índice de igualdad distributiva de Gini con la realidad de otros países del hemisferio y con aquellos de la OECD, aún estamos mal, comparados con otros. Nuestra condición de equidad socio-económica es bastante negativa y no ha variado significativamente en las últimas décadas, a pesar de los esfuerzos hechos por los anteriores gobiernos de la Concertación. De éste modo, las promesas de “políticas focalizadas”, diseñadas con avaricia financiera por el actual gobierno, son claramente insuficientes, para enfrentar las urgencias provenientes de la injusta realidad. Las reformas que el gobierno propone como “estructurales”, aparecen insuficientes para la inmensa mayoría. Con todo, el gobierno las vocea en forma populista y grandilocuente, como si se tratara de un cambio fundamental. La superioridad auto asignada de éste modo, suena como soberbia rimbombante.

Los ciudadanos tienden progresivamente a tener fundadas sospechasque las múltiples promesas, no resolverán los problemas, mediante un toque de magia. El fondo de las abismales diferencias de ingreso, calidad en la educación, salud, falta de empleo digno, exclusiones por falta de prestigio y de acceso a redes sociales de protección y promoción, carencias de reconocimientos democráticos de todos, no se superará con meros montajes circunstanciales. No hay que confundir la estrategia de  gradualidad estructural propugnada en veinte años por la Concertación, con las tácticas de  “concesiones focalizadas”, parciales y populistas de la derecha oficialista. Chile así puede permanecer en los últimos lugares de la equidad social.Estará entre los países más desiguales de América Latina, siendo ésta a su vez, el Sub-Continente más desigual del mundo. 

3. La nueva forma de gobernar: un neo-autoritarismo 
Por su parte, en el plano de las prácticas cotidianas, desde lo nacional a lo local, el choque entre grupos partidarios del oficialismo y la oposición, se percibe con más claridad pues se intenta imponer administrativamente, una nueva forma de dominación. La gente a través de la  “nueva forma de gobernar”,  empieza a tener la sensación política, de un nuevo orden fáctico intermediado por la burocracia, lo que resiste. Lo siente subjetivamente en los tonos y en las formas que emplean los personeros para hacer discursos, hablar, vocear y poner orden. Por los modos o estilos, surge la sospecha que se intenta reimplantar cierto neo- autoritarismo. Esto, de hecho es lo que sucede con la aplicación de los diseños de gestión modernos, en el mundo privado. Allí han sido exitosos, pero en beneficio del particular. No están del todo  legitimados en el ejercicio del poder público.

El estilo de gobierno democrático, exige escenarios políticos de intercambio que sean horizontales, aceptados y convenidos por los actores según la ley. Por de pronto, requiere de un trato igualitario entre el Ejecutivo y el Congreso lo que en estos días se está adulterando haciendo uso abusivo de la actual institucionalidad presidencialistaEn la práctica cotidiana, resulta que dentro del estilo de ejercicio que tiene el gobierno actual,conviven dos diseños operativos que chocan constantemente: el estilo tradicional “político-dialogante” y el “managerial” impositivo. La confusión entre ambos y el constante desplazamiento entre uno y otro, termina haciendo crisis y restando apoyo político al oficialismo.


Además, en el último tiempo, esto ha ido generando fuertes contradicciones y movilizaciones sociales que han derivado en crisis y renuncias de algunas autoridades. El actual aparato administrativo no resiste más y se resiente, deteriorando la relación con la gente. La promesa de campaña de tener un “mejor Estado”, eficiente y transparente, sin cuoteos políticos, suena a engaño frente a los casos Kodama, la Intendenta del Biobío y el caso Bombas. Subsisten de hecho dos formatos oficialistas difíciles de congeniar:  el gerencial privatista de corte autoritario y dominante, versus el político consociativo más horizontal, negociador y democrático de los enclaves políticos. Debido a estos choques e inconsistencias, han caído varios Ministros(as) al comienzo del año y algunos jefes(as) regionales. Ahora último la Ministra de la Vivienda.
En éste nivel administrativo y social, no existe la  confianza necesaria  para asumir y respaldar la llamada  “nueva forma de gobernar”.  Esta ha sido sencillamente implantada por el gobierno, 
decidida por el comité político, diseñada en el “segundo piso” y puesta en acción, especialmente por el Ministro del Interior Hinzpeter y la vocera Ministra Von Baer. El modelo managerial-administrativo, entra en fuertes contradicciones con las necesidades políticas de intercambio y negociación. 

La democracia requiere de diseños  de participación e integración que vayan involucrando crecientemente a “todos los chilenos” en su pertenencia y respeto hacia las instituciones jurídicas compartidas. En contra de las costumbres arraigadas, el estilo autoproclamado de “excelencia” ahora reiterado legislativamente y administrativamentepor el gobierno, parte de la base “que sus personeros tienen toda la razón, en todo” no dando lugar al diálogo. 

Al parecer al carecer de tolerancia democrática el gobierno está perdiendo fuerza. El vaivén pasa a ser desgastante para el gobierno, pero también para la Concertación. El accionar gerencial autoritario que entraña esta nueva forma de “dominación”, justificada por algunos en “valores” pragmáticos de eficiencia, competitividad y productividad, no está inspirado en los valores superiores comunes y legitimados de la democracia. Es propio de la empresa privada y no de lo público, es incapaz de adquirir validez universal, como forma de gobierno democrático.

4. Resultados parciales del juego
Si tomamos en consideración lo antedicho y agrupamos los hechos políticos nacionales más significativos según el predominio de cada uno de los vectores señalados durante el último mes, podemos proyectar algunos resultados parciales. Hasta el momento “hay un empate a la baja” en el que todos pierden frente a la gente.
La pugna latente se traduce en si se sirve a la política comunicacional del gobierno o si se entrega una información transparente y relevante que permita evaluar seriamente la gestión. Lo que  está se por medio, es el respeto al principio democrático del control popular en la función pública, en razón de la soberanía del pueblo. El mensaje presidencial puede emplearse tanto para buscar apoyo y presionar es decir para cumplir los compromisos programáticos del gobierno “a su pinta” o para rendir cuenta pública. 
Responden a orientaciones y estilos distintos. En este campo se han producido los vaivenes y los juegos de fuerzas, ante la opinión pública y el electorado ciudadano.
Los más representativos del primer grupo de hechos orientados al diálogo, están influidos por el principio de la  igualdad de oportunidades, son: 1)el debate relativo  al relato aparecido en los medios entre el 1 y el 21 de Mayo del 2011 al que ya nos hemos referido; 2) aquel sobre la agenda laboral y las urgencias y presiones en los proyectos del descuento al 7% de los jubilados y del pre y post natal de 3 a 6 meses de las madres trabajadoras; 3) la presentación del proyecto de nueva ley de financiamiento de las fuerzas armadas anunciada recientemente; y 4) el rechazo de la reforma destinada a introducir requisitos constitucionales adicionales para el derecho reconocido del voto de los chilenos en el extranjero.En éste álgido clima del mes de Mayo se ha deliberado sobre la calidad del empleo, las reivindicaciones de organización sindical, la negociación colectiva, la protección social garantizada y la seguridad en el desempeño de las tareas laborales. Aquí se ha focalizado el diálogo tratando de abrirse a la igualdad de oportunidades tras el cumplimiento de lo esencial del relato.


En el terreno laboral, el gobierno escogió nueva  ministra de estilo político y cambió la táctica. Ahora parece haber reculado de algunas presiones iníciales y aparece cediendo ante las  movilizaciones sociales y la firme postura de la oposición que presenta alternativas y delibera públicamente, acerca de las falencias y de la cobertura de los proyectos. La oposición ha logrado poner arriba del escenario, las discusión del  7% de los jubilados para lograr un compromiso formal. Se trata de cubrir seria y gradualmente a todos los pensionados y no tan sólo a un segmento. Especialmente lo ha hecho, en el caso de las mujeres embarazadas, para evitar que a algunas se les quite el fuero y que el pre y post natal de seis meses, cubra a la mayor parte de las trabajadoras, sin discriminaciones. 
Además la oposición parlamentaria, ha propuesto discutir aquí y ahora, el sentido de equidad de las políticas sociales. El valor real que adquiere el ingreso ético familiar dentro de un programa nacional y unitario, coherente y gradual. Se trata de ver como con aquello, se puede llegar a construir un instrumento duradero y eficaz, para disminuir humanamente las desigualdades y no llegar sólo a propiciar un conjunto de bonificaciones circunstanciales y populistas.

En el caso tanto de las reformas laborales así como de aquella del financiamiento de las FFAA, sustituyendo la ley del aporte presupuestario atado al Cobre, se trata de reformas sustantivas que requieren alto quórum y consenso. El gobierno no ha agudizado las presiones. Al carecer de la representación parlamentaria necesaria para hacer por si sólo estas reformas profundas y por el debilitamiento de su respaldo popular, ha optado por el modo dialogante y la búsqueda de mayor equidad.  Necesita consolidar institucionalmente estos cambios, es decir legitimar las normas democráticamente.

El estilo político predominante entre los Ministros (as) de esas ramas, ha favorecido el camino de la táctica dialogante. Está actuando a la par, como lo hizo en el caso de las reformas acerca de la calidad de la educación. Con esto ha tenido mejores resultados legislativos. Éste formato dialogante, parece ser más lento y no responder al sentido de “urgencia” 24-7, pero resulta ser más eficaz para obtener logros normativos. Esto ha sido incluso reconocido por el Ministro Secretario General de la Presidencia, al enumerar los logros de leyes aprobadas por amplias mayorías y consensos en el último año. Si bien, el resultado final en términos de la eficacia de las normas está por verse, especialmente en sus consecuencias sociales de equidad, al menos no ha habido crisis de autoridades. El avance en materia de seguridad del trabajo, se encuentra detenido después del boom de los 33. Ahora vienen algunos anuncios, pero por el momento los intereses de algunos sectores empresariales parecen imponerse, como también sucede, con los derechos de sindicalización en las empresas que usan el “Multirut”. Con todo veremos que pasa, pero podemos afirmar que al predominar el estilo político- dialogante más coherente con la democracia, al menos no provoca desenlaces críticos.

Finalmente la reforma constitucional de los chilenos en el extranjero se perdió por  camino impositivo. Se quiso imponer requisitos discriminatorios y  fue rechazada. Este caso, parece paradigmático respecto a  “igualdad de oportunidades”. Es un remedo del cuento del “ladrón detrás del juez”. La Reforma Constitucional que seaprobó durante el Gobierno de la Presidenta Bachellet, fue la inscripción automática y el voto voluntario, sin distinciones de residencia. Sólo hacía falta una ley orgánica para implementar un derecho reconocido. Todos los chilenos mayores de 18 años, sin ningún otro requisito adicional, tenían reconocida su ciudadanía por la inscripción automática. La única excepción era la dispuesta anteriormente en la propia Constitución referida a los condenados a pena aflictiva. Los ciudadanos chilenos en el extranjero tienen un derecho constitucionalmente ya reconocido, no cabía ponerles restricciones.  El engaño que pretendió el actual gobierno fue imponer una Reforma Constitucional, destinada a introducir condiciones discriminatorias adicionales para los residentes en el extranjero. Exigir cierta cantidad de viajes a Chile en un período de cinco años como prueba válida de vínculo.  Este gravamen económicamente discriminatorio lo “pretendió justificar” como modo de comprobar “la profundidad” del vínculo ciudadano con el país. Además escondía poco sutilmente un prejuicio respecto de la adscripción política eventual de los chilenos residentes fuera del territorio que realmente son de una gran heterogeneidad. El oficialismo los supone de centro-izquierda. Fracasó, por la inocultable intención discriminadora y odiosa, incluso atentatoria a la igualdad ante la ley y contraria a los derechos humanos.


Los hechos políticos más representativos del segundo grupo managerial neo-autoritario, es decir de la “nueva forma de gobierno” son el caso Kodama, Hidroaysen y el caso Bombas. Todos tienen el estilo característico y en ellos se han cometido los excesos propios de la “urgencia managerial 24-7”.  En todos, se observan comportamientos transgresores del orden público administrativo que terminan desembocando en una crisis de autoridad.  Se sobrepasan los marcos legales al aplicar la lógica de los estilos verticalistas propios de la empresa privada a los órganos de la administración pública. En el caso Kodama, la Ministra delega indebidamente su autoridad en un asesor sin responsabilidad administrativa, acogiéndose a criterios de confianza, de su experiencia en la empresa privada. En el caso Hidroaysén hay verticalismo gerencial. Se sobrepasan los límites morales ejerciendo presión indebida sobre subalternos. Las declaraciones del Ministro del Interior, hechas  un día antes de la votación, se supone que someten a los funcionarios regionales de la Comisión Medioambiental que dependen en sus designaciones del gobierno central. Se aprovecha una deficiencia institucional de carencia de autonomía. Finalmente en el caso Bombas, se aprovecha el vacío legal para trasladar a un fiscal al gobierno, a las dependencias del Ministerio del Interior. Fiscal que estaba a cargo del caso dentro del Poder Judicial. Con el hecho de haber sido parte litigante en un caso aún pendiente, se está trasgrediendo la autonomía arbitral del Poder Judicial.


En todos estos casos, ha habido desprolijidad y trasgresión. Se viola groseramente el compromiso de campaña e inicial del gobierno, de excelencia, probidad, eficiencia y transparencia. En todos ellos prima el autoritarismo-gerencial, derivando en variadas crisis. Esto afecta sin duda la confianza popular. Desgraciadamente con todos estos vaivenes se produce un desgaste de la actividad política frente a la gente. Pierde el gobierno, pero no gana la Concertación.