martes, mayo 17, 2011

Carta de una ciudadana de a pie. Discurso del 21 de Mayo. Marta Canto

El próximo 21 de mayo, como es habitual en nuestro país el Presidente de la República se dirigirá al país, para dar una cuenta de las acciones desarrolladas durante este período y su concreción del programa de Gobierno. Los ciudadanos de a pie, que lo vemos desde el televisor a lo largo y ancho del país, pedimos respeto a nuestras humildes neuronas, que recordamos las promesas de campaña y vemos todos los días las asimetrías entre lo dicho y los hechos.


Me atrevería a sugerirle, al Sr. Presidente en mi modesta condición, de ciudadana de a pié, que cuándo escriba su discurso, en los escasos minutos de silencio y soledad, para reflexionar, lo escriba pensando que aunque ganó la elección, hay chilenos que no votaron por usted. Esto exige, que sea consciente y consecuente con lo que prometió, y recuerde que las promesas de campaña no tienen un fin publicitario netamente electoral, hay muchos de nosotros que no olvida y esperamos que usted tampoco lo
haga.

Que no, nos menosprecie. Somos ciudadanos, algunos más republicanos, con profesiones, hablamos idiomas, algún PH podemos exhibir, hemos también tenido la oportunidad de estudiar y relacionarnos con sus pares, pero que también hemos visto un Chile diverso, y comprendemos de hace muchos años, que el país lo hacemos todos.

La transparencia en la toma de decisiones, acompañada de instancias donde la ciudadanía pueda participar, en pensar el proyecto país, son pilares fundamentales del éxito de cualquier gobierno.

Me atrevería a sugerirle nuevamente, que se ponga en los zapatos de miles de compatriotas, que los fines de semana hacen sus compras de supermercado, y si antes gastaban más del sueldo mínimo para vivir una semana, hoy ya están sobrepasados.

Tomaría en un rato de escape, mi auto y una cámara fotográfica y bajaría de La Dehesa a La Pintana, sin asesores, para observar, a lo menos en la Región Metropolitana, como están las plazas, parques, negocios de Barrio etc. Me bajaría a conversar en el boliche de la esquina, con la Sra. Juanita, a preguntarle, si ha sido atendida en el consultorio, cuanto es su pensión mensual y hasta que hora atiende su negocio en la esquina de ese barrio. Trataría de conversar con la Sra. de las sopaipillas, me saldríade su campaña del “comer sano” y le pondría hasta pebre, para averiguar cuanto es el ingreso mensual de esa familia, que vive de este “empleo disfrazado” y son también emprendedores.

Estos días que restan, trataría de escuchar mucho y hablar poco. Guardar silencio, reciclar las informaciones y sacar mis propias conclusiones. Iría a comprar un electrodoméstico a una tienda del retail con una tarjeta de crédito y me daría el lujo de indignarme de los intereses y el valor de las cuotas.

Me apartaría del viaje en avioneta, con algún amigo empresario, ya que podría así desprenderse de compromisos y anuncios en ese sentido. Es más podría ser audaz, y hasta hacer algún anuncio que le traiga conflictos con sus pares.

Sáltese tanto protocolo discursivo, invierta los privilegios y órdenes establecidos, y diríjase a quienes nunca reciben honores, que son los anónimos.

Asista al Congreso pleno, con la convicción de que es usted un servidor más, un mensajero, y que usted no importa, es un detalle en esta escena. Lo que importa es el país y los hechos realizados por su gobierno.

MCC. Santiago,17 de mayo 2011.