martes, abril 19, 2011

EL MINISTRO QUE NO SABÍA LO SUFICIENTE. Andres Rojo.

Andres Rojo TorrealbaToda la solidez política del ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter se derrumbó cuando el senador de la UDI Pablo Longueira, haciendo una reaparición en las primeras filas de la política, lo responsabilizó directamente de la incapacidad del Gobierno de levantar una propuesta -“un relato”, dijo Longueira- que resultara convincente de cara a la ciudadanía y aglutinador para los partidos de la Alianza.

La acusación es, básicamente, haber fracasado con su intento de proponer el lema de la Nueva Derecha como un concepto capaz de explicar en qué se distinguiría el gobierno de Sebastián Piñera y no haber sido capaz de prever los conflictos gratuitos y los numerosos errores no forzados cometidos por la actual administración.  En síntesis, no haber tenido la capacidad política de actuar como Jefe de Gabinete y segundo de a bordo.

            Si a lo anterior se suma que Hinzpeter no logra posicionarse como futuro candidato presidencial, la conclusión lógica sería que su futuro político es limitado y que, incluso en caso de requerirse un golpe de timón que posibilite la legítima aspiración de la Derecha de aspirar a un segundo Presidente de sus filas, es la figura del actual Ministro del Interior la llamada a liderar la salida de quienes ya no son útiles para esas pretensiones.

            Es curiosa la crítica de Longueira porque, en estricto rigor, en el ordenamiento institucional del gobierno de los últimos años y respecto del cual el Presidente Piñera no ha dado señales de querer modificarlo, el Ministro del Interior es el brazo ejecutor de la Presidencia y quien tiene la responsabilidad de planificar, coordinar y fijar los objetivos políticos es el Ministro Secretario General de la Presidencia, es decir Cristián Larroulet, quien no recibe mayores críticas.

            Hinzpeter, en cambio, que a todas luces parecía ser el delfín de Piñera dentro de las filas de Renovación Nacional -su propio partido- recibe prácticamente dardos a diario y ahora una virtual extremaunción del UDI Pablo Longueira, quien al mismo tiempo dice estar dispuesto a apoyar a cualquier presidenciable de la Alianza, aunque no sea de la UDI.

            Sin duda, el titular del Interior ha cometido errores y, sobre todo, no ha sabido o no ha tenido la capacidad de remediarlos a tiempo.  Lo ocurrido en Magallanes y con la ex-intendenta Jacqueline Van Rysselberghe son los ejemplos más comentados, pero también se puede recurrir a la situación indígena y a la del medio ambiente.   En todos esos casos es posible adivinar la mano de Hinzpeter en decisiones gubernamentales que no han sido claras u oportunas y es posible que Longueira tenga razón en que los errores obedezcan a que el Ministro no ha sabido enmarcar la política oficialista dentro de un plan mayor ni mucho menos explicarlo con claridad, si es que existe esa planificación.   Así las cosas, su permanencia en el gabinete tendría fecha de caducidad, pero siempre que el Presidente tenga un plan B.