jueves, marzo 24, 2011

Ingreso ético familiar: Proyecto de ley aquí y ahora. Larraín, Fernando

A partir de abril y hasta diciembre se entregará una bonificación a las familias que formen parte del Chile Solidario y que se encuentren en extrema pobreza. Algunas voces desde el Gobierno y la oposición han hablado del «bono abril». Esto no le ha causado gracia a Mideplan, que ve en ésta una de las grandes reformas de su sector. Pero, ¿qué pasó para que la propuesta del ingreso ético familiar, tan esperada, parezca una simple bonificación con condicionalidad?

En jerga futbolística, el Gobierno se hizo un autogol: como iba a ser complejo hacer un proyecto de ley, se decidió colocar una partida en el presupuesto 2011 para financiar este programa y, vía decreto con fuerza de ley, evitar pasar por el Congreso. El problema es que algunos congresistas se dieron cuenta. Por ello, el plan B fue pasar el ingreso ético familiar como glosa presupuestaria. Esto le permitía ganar tiempo al Gobierno para hacer una política pública que hasta hoy no está del todo clara. Producto de lo anterior es que terminamos en esta bonificación.
Este piloto de ingreso ético familiar se entregará a las familias del Chile Solidario (per cápita) de manera mensual por nueve meses, siempre y cuando tengan menos de 4.213 puntos en la ficha de protección social. Además, y dependiendo de si cumplen con las siguientes condiciones, podrán acceder a un beneficio adicional: (i) Incremento por asignación de escolaridad; (ii) Incremento por control del niño sano, y (iii) Incremento por inserción laboral de la mujer.
La idea del ingreso ético familiar sigue siendo buena, pero, justamente por ello, se nos presentan desafíos.
Primero, necesitamos de velocidad, claridad y transparencia. Este proyecto se ha demorado más de la cuenta. Seguimos a la espera de lo que suceda en la discusión del proyecto de ley.
Segundo, hay que tener cuidado con los derechos adquiridos. Uno de los problemas de este tipo de programas es la graduación del retiro de sus beneficiarios. En general, la historia nos muestra que las políticas vienen para quedarse y es complejo quitar los beneficios adquiridos. En 2012 habrá muchas presiones por las elecciones municipales. No hay que caer en la tentación de la inercia. Proyecto de ley aquí y ahora.
Tercero, que las condiciones impuestas sean motivadoras. Las transferencias condicionadas no funcionan para todos, por más que existan incentivos algunos no los utilizarán (ejemplo: nuestro mercado laboral formal no considera a todos como “empleables”). Para los otros, las restricciones actuales ya las cumple la gran mayoría de los beneficiarios (Ej., 85% de asistencia es lo que se exige para pasar de curso). Por lo tanto, se debe avanzar hacia condiciones que sean chequeables y motivadoras. La condicionalidad debiera además tener un enfoque hacia el empleo formal; ampliar el subsidio al empleo joven podría ser una opción.
Finalmente, todas las iniciativas de gobierno generan debate y eso fortalece a las políticas y a nuestra democracia. Tener un Chile desarrollado nos exige no sólo crecimiento económico, sino que también reducir nuestras desigualdades y sacar a las familias de su condición de pobreza. Por ello necesitamos de un buen proyecto de ley.