martes, septiembre 21, 2010

Carta abierta a Chile... La razón de un amor.Osvaldo Aravena

Querido Chile, he escuchado y leído tanto estos días y la verdad que lo oficial de quienes quisieron celebrarte, me agobio un poco. Así que me dije, el mejor regalo que te puedo hacer es reafirmar mi amor por ti y mantener en pie mi compromiso de trabajar y luchar por tu permanente anhelo. Ser una Patria para todas y todos.

Es cierto, soy un privilegiado. Poder haber vivido y estar viviendo momentos cruciales en tu historia, es una estimulante y desafiante oportunidad.

Este amor, como todo amor, tiene un comienzo.  Te cuento…

Me comencé a dar cuenta de mi pasión por ti, cuando habías perdido tu libertad, cuando no podías decir lo que pensabas y que solo una parte de ti, era la que se imponía. Vi en ti, la  ansiedad por ser una Patria para todos y no un país de pocos.

Entonces, junto a otras y otros, comenzamos a recorrer tus calles, tus barrios. Conocimos los lugares de donde salía la fuerza de tu economía y el conocimiento de tu pueblo. En cada uno de ellos, hombre y mujeres se abrazaban más a ti, el Chile libertario y democrático y éramos cada vez más los que ayudábamos a que tu deseo se hiciera realidad. Lo mejor de ti lo comencé a ver en los rostros de tus hijos…Clotario, del Cardenal, de Laura, de Sola, de Mario, Carmen Gloria, Rodrigo, muchas y muchos que estaban en la primera línea de la entrega.

Y logramos quizás lo fundamental para seguir bregando para conquistar plenamente tu sueño. Logramos tu libertad y democracia.  Estas primeras conquistas fueron con muchas heridas y perdidas para ti.  Ten claro que nos las olvidare. Son las cicatrices que nos recuerdan los errores a no repetir.

Entonces vino otro momento.

Fui de los que en un eslabón secundario, forme  parte de un esfuerzo colectivo por trabajar en aquellas urgencias que nos habías enseñado. La inmensa cantidad de pobres. Las profundas brechas en educación, vivienda, salud, acceso a la cultura y tantos otros aspectos que eran parte de tus dolores. Avanzamos mucho, es indudable.  Pero como es la vida, tu vida, nuestras vidas. Sabemos que esta marcha no para.

En ese andar también, has sufrido el haber nacido en el fin del mundo, en  la convergencia de océanos, montañas, bosques y desiertos. En esa convergencia ha habido momentos duros y tristes

Es así como la misma tierra que estremeció los hogares del Centro Sur tuyos, en la  trágica noche del terremoto del 27 de Febrero, ahora retiene en sus entrañas a un puñado de valientes corajudos. Lo que veíamos casi imposible, encontrar sobrevivientes  a más de 700 metros de profundidad, venció al destino. Estoy seguro que si no en todos, en casi todos los hogares desde tu Norte hasta tu Sur, cayeron lágrimas de emoción y alegría. Estaban vivos los 32 compatriotas  y el hermano boliviano.

Ellos al ser contactados, lo primero que hicieron, fue preguntar por la suerte de sus compañeros de trabajo, que poco antes del derrumbe habían partido hacia la superficie. Al conocer que estaban ilesos, gritaron de júbilo y cantaron la canción nacional, celebrando en medio de la oscuridad el buen destino de los otros. Entonces recuerdo lo que aprendí del verbo de Tomic, otro hijo tuyo… “Yo respondo por mi hermano”

Pero meses antes, también tuvimos un ejemplo de la nobleza de tus hijos. El estudiante de técnico en enfermería Luis Gatica.

El terremoto del 27/2 lo sorprendió junto a su mujer y su hija disfrutando de la semana maulina. Fue entonces que las olas del gigantesco tsunami lo arrastraron en medio de la oscuridad de la noche.

Como pudo sujetó a su esposa y a su pequeña hija, intentando salvar sus vidas, pero la fuerza de las aguas y el cansancio pudieron más y ambas les fueron arrancadas de las manos. No las volvió a ver.

El, sin familia, trabajo sin desfallecer atendiendo a conocidos y a desconocidos en el albergue habilitado, lugar al que fueron trasladados ancianos y personas sin casas desde la Escuela 5. En ese último lugar, Gatica y su equipo volvieron a ver más muertes: las de ancianos "con enfermedades terminales", que no resistieron la conmoción.

Los mineros y el paramédico nos han dado una emocionante lección de desprendimiento personal. Desde el fondo de la tierra y desde la furia del mar, ellos fueron un ejemplo de humanidad, nobleza y generosidad.

En estas vivencias, surge la necesidad de colocarse un nuevo horizonte para seguir avanzando en el logro de una Patria para todas y todos. 

En mi caso,  desde la política, asumo mis compromisos para el tiempo que viene…

Un compromiso con la Justicia Social
El asumir un compromiso en pasar de un sociedad que atenúa sus desigualdades existentes, con apoyos económicos (Bonos)  a una sociedad que las supera, con mas derechos. Una buena educación, una buena salud, una digna vivienda no deben ser entendidas como un “beneficio” sino como un Derecho.

Un compromiso con la probidad.
Las nuevas tecnologías y la masificación de los medios de comunicación 2.0,  propenden a abrir de par en par las puertas de lo público y su relación con lo privado. Más transparencia es un “deber ser” en una sociedad democrática. La conducta ética, las formas de austeridad y sobriedad deben apuntar el sentido profundo de lo publico. Las personas demandan de la política estas formas y fondos en los estilos y las prácticas. 

Un compromiso con nuestra Democracia.
Una Democracia en cuya “cancha” todos tienen la oportunidad de “jugar” en donde lo que “vale” cada idea o proyecto, tiene representación. Una Democracia donde el dinero no rige a las ideas y no distorsiona las voluntades ciudadanas. Una Democracia donde los Derechos Humanos de primera, segunda y tercera generación se promueven, se defienden y se fortalecen en el debate y elaboración de políticas públicas.

Un compromiso con nuestros Pueblos Originarios
Emergen con fuerza no hace poco, nuestros pueblos originarios.  Urge que coloquemos mayor atención a los procesos que hoy se desarrollan en otros contextos de América y del mundo.

Procesos donde estos pueblos han dejado de ser meros receptores de beneficios de políticas públicas o testigos de inversiones privadas que ellos no deciden, para adquirir progresivamente, mayores y mejores grados de control y gestión de los procesos económicos, sociales y culturales al interior de sus espacios territoriales ancestrales.
Negarse a esta tendencia, hoy crecientemente acogida en el derecho internacional y comparado, tampoco contribuye a la superación de los conflictos que hoy son cotidianos en el sur del país y que se han expresado de manera dramática con la Huelga de Hambre en plena conmemoración de este Bicentenario  de los comuneros mapuches.

Un Compromiso con una vida más humana.
La discusión valórica contemporánea no está tan solo circunscrita  a los temas de sexualidad, derechos reproductivos, o como quiero morir. 
Tiene que ver con que tipo de sociedad es en la que queremos convivir. Tiene que ver con el tiempo que dedicamos al trabajo. Cuanto es el tiempo libre, de ocio. Cuantos son los tiempos de desplazamiento entre nuestros hogares y nuestros lugares de trabajo. Tiene que ver con la construcción de una sociedad más ecológica y sustentable. Tiene que ver con la cantidad de espacios públicos equivalentes en cualquier sector de la ciudad y que mejoran los entornos y”climas sociales” Tiene que ver con que tipo de Televisión vemos, que tipo de Prensa tenemos. 

En definitiva mi compromiso, es un compromiso de amor. De amor por el significado de tu historia como Patria. Con luces y sombras. Risas y lágrimas.

He tenido la oportunidad de conocer gran parte de tu territorio. Escuchar el silbido del viento en el trayecto de Iquique a Colchane. Sentir el hielo en la cara en Puerto Natales. Enmudecer de asombro al estar frente al Glaciar Grey o apunarme a no más poder en los altos de San Pedro de Atacama.  He sabido disfrutar la actitud frente a la vida de Neruda. Sentirme acogido cuando llego a su Isla Negra. Disfrutar el olor a leña y lluvia de Chiloé y Cochamó.  Beber los mostos del Maule y apreciar la cerámica de Cahuil o la greda de Pomaire.

Como no me iba a enamorar.  Y claro te puedo asegurar que el amor por ti Patria querida, será para siempre. Tus luchas serán las mías, Y aquí y ahora juntos comenzamos a caminar en este nuevo centenario.