viernes, enero 29, 2010

APORTE A LA REFLEXIÓN Y EL DIALOGO. Manuel Roman

Estimados(as) Camaradas: de un tiempo a esta parte, aprovechando la tecnología, me sume a las distintas formas de aportar al dialogo y la reflexión, elementos fundamentales y necesarios en nuestra organización. En este mismo contexto, es mi deseo invitar al máximo de camaradas que se hagan presentes con sus propuestas, donde mostremos que el militante de base también piensa y siente; donde mostremos nuestra pluralidad en el ¿qué hacer? y nuestra unidad en el ¿qué somos?, porque creo que la forma es la que a veces no diferencia pero el fondo es lo que nos mantiene en el PDC, por ende, si en lo doctrinario e ideológico (teoría) forjamos la unidad en la práctica debemos dialogar y buscar el punto de equilibrio donde estemos todos sin distinción caminando en una misma dirección, teniendo claridad en el ¿para qué?.
Mis notas o escritos, reiteradamente apelo a tres elementos fundamentales: recuperar nuestras raíces doctrinarias e ideológicas; tener como base de sustento para el presente y proyectarnos al futuro, la “Revolución en Libertad” implementada por nuestro camarada Eduardo Frei Montalva; y construir una Vanguardia Cristiana Social Comunitaria; a mí parecer, que al alejarnos de ellos nos hizo equivocar, donde las responsabilidades de quienes estamos aquí deben ser compartidas en su justa medida, unos por acción y otros por omisión. Por acción todos aquellos que teniendo la posibilidad y el mandato de las bases de conducir al PDC construyeron una plataforma que altero los marcos de convivencia democrática (como no haber implementado las conclusiones del V Congreso), perfilando una suerte de oligarquía basada en sus recursos, en el clientelismo político y en la soberbia “académica”, otros no diferenciaron entre la política un negocio y la política para servir; otros por omisión, es decir, aquellos que por pequeños beneficios guardaron silencio, otros que tomaron nuevos rumbos, los que se cansaron y se fueron para la casa, y los críticos, entre los que me cuento, no tuvimos la capacidad de estar con más fuerza.
Hoy el escenario es distinto, un espacio donde la reflexión y el dialogo es lo primordial, donde los clientes lo más seguro que se desplacen donde está la nueva oferta, los intereses y recursos van a escasear; lo único que va a quedar es la conciencia política y social, la coherencia entre la teoría y la práctica, la consecuencia entre lo que se dice y lo que se hace, y la voluntad militante de servir a una causa a través de la política. A pesar de esto, hay que esforzarse por trabajar juntos en nuestro proyecto, porque es cosa de ver que algunos siguen en la lógica del poder y de la soberbia acostumbrada a marcar el rumbo, no considerando a la base militante y sus convicciones; simplemente porque se quedaron con el método del poder oligárquico, donde todo se hacía a su justa medida. Es más, ya se escuchan voces de aquellos que tuvieron la opción y el mandato de dirigir al PDC y equivocaron el camino, hoy están demarcando los lineamientos de lo que debe ser y quienes deben dirigir. Tienen todo el derecho y la libertad de hacerlo, pero más importante es que reconozcan sus errores, porque en la victoria eran solamente ellos y en las derrotas la responsabilidad es de todos los militantes menos ellos. Creo que quienes tuvieron responsabilidades deben reconocer que se equivocaron y dar pasos a otros(as) y que volviendo a la humildad y la sencillez, vuelvan a sus bases políticas, colaboren como cualquier militante y desde ahí hagan sus planteamientos.
Reconocer los errores con humildad y sencillez, nos hace más grandes y más sabios.
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