miércoles, enero 28, 2009

90 AÑOS CUMPLIÓ EL PRIMER PARTIDO DEMÓCRATA CRISTIANO DEL MUNDO.aporte de Giacomo Marasso


Fue el 18 de enero 1919, cuando desde el hotel Santa Chiara en Roma, Luigi Sturzo anunció el nacimiento del Partido popular Italiano, PPI.

El gran mérito de Luigi Sturzo ha sido el haber sabido hacer la síntesis del trabajo cultural que entonces dividía a los católicos entre "transigentes" e "intransigentes" en los años sucesivos a la emanación del "Non Expedit" de Pío IX y de la "Rerum Novarum" de León XIII y que había comprometido a personalidades notables de la época.

Sturzo tuvo la inteligencia de hacer converger una diversidad de piniones en la nueva fuerza política cuyo objetivo era el de "romper la hegemonía de la vieja clase dirigente liberal, capaz de poner al partido liberal de frente a los católicos no como si fueran una cómoda masa electoral, sino como un conjunto de energías coordinadas en torno a un programa orgánico, fundado sobre las exigencias de expansión de las libertades de los cuerpos intermedios". La idea de partido madura, por lo tanto, en Sturzo sobre la base de un análisis histórico de sus experiencias vividas en Sicilia, en modo particular en su Cartagirone donde el 24 de dicembre 1904 pronuncia un discurso en le que se delinea los fundamentos afirmando que "los católicos apartándose de las formas de una concepción clerical…se ponen al paro de los otros partidos en la vida nacional, no como únicos depositarios de la religión, sino como representantes de una tendencia popular nacional en el desarrollo del vivir civil…animado por aquellos principios morales y sociales que derivan de la civilización cristiana…"

Una concepción de partido clara, desprovista de malentendidos, la cual, después de un amplio debate sobre la crisis politico –economica-social de Italia y, además, gravemente moral en razón de los escándalos de la época, se concretó el 18 de enero 1919, en un llamado "A todos los hombres libres y fuertes a cooperar con los fines supremos de la Patria, sin prejuicios ni preconceptos…para afirmar los ideales de justicia y libertad".

Para la Italia post-unitaria se abría una nueva fase histórica que veía finalmente a los católicos organizados en partido. Y, cuando en el manifiesto publicado se especifica que a un Estado centralista se le quiere "sustituir por un Estado verdaderamente popular, que reconozca los límites de su actividad, que respete los núcleos y los organismos naturales, la familia, las clases y las comunas"; cuando se quiere "la reforma de la institución parlamentaria sobre la base de la representación proporcional, sin excluir el voto de las mujeres"; cuando se pide la reforma de la burocracia; cuando se invoca el "reconocimiento jurídico de las clases, la autonomía comunal, la reforma de los entes provinciales y la más amplia descentralización de las unidades regionales" no se puede sino reconocer la altura de mira del pensamiento de Sturzo, del hombre político que había captado la fragilidad de la estructura del Estado.

Es su idea de Federalismo Solidario, con referencia precisa a la cuestión meridional, lo que golpea entonces cuando sostenía "Que como era racional y justo que la Región tuvieren finanzas y administración propias, así era racional y justo que se pudiere entre las Regiones "repercutir" las ventajas y los bienes de unas hacia las otras en virtud de aquel santo principio de nacionalidad…"

Programas e ideas sin duda revolucionarios aquellos del PPI que, no obstante el advenimiento de la desgraciada dictadura fascista que decretó su temporal fin, no podían no constituir el patrimonio politico programático de la Democracia Cristiana de Alcide de Gasperi y de todos aquellos católicos que querían continuar su compromiso al servicio de Italia.

Si los post-demócratas cristianos de Italia no hubiesen perdido el sentido mismo de su tradicional posición de centro; si, además de sobrevivir, no se hubieran subordinado a la izquierda o a la derecha; si las enseñanzas de Sturzo, De Gasperi, La Pira, Fanfani, Moro hubieran sido tomadas en consideración, hoy, quizás, ellos habrían podido continuar ejerciendo una función importante en el sistema político nacional y no habrían hecho observar al presidente De Mita que "Hoy los ex miembros a los movimientos políticos de inspiración demócrata-cristiana son sólo un apellido, no son más una cultura."

Es por esto que se explica la razón de la elección de la UDC de Casini que, decidiendo en las elecciones políticas 2008 no anularse en el PDL de Berlusconi y de no borrar su propio símbolo, ha entendido salvaguardar la historia, la cultura, la tradición, las ideas del popularismo y de la Democracia Cristiana. Por lo tanto, la propuesta del Presidente casini de la propuesta de una Constituyente de Centro se encuadra en esta óptica.

Reflexiones del todo oportunas hoy que se cumplen los 90 años del primer partido demócrata cristiano del mundo.

Luigi De Leo, UDC Italia
Giacomo Marasso, PDC Chile
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