jueves, octubre 30, 2008

Integración Nacional y Consolidación Comunitaria. Gonzalo Wielandt

La necesidad de reconstituir el Partido Demócrata Cristiano en una comunidad requiere de la voluntad política de propender al bien común partidario. Nuestro camarada Jorge Burgos ha asumido la presidencia del partido en momentos de gran riesgo e incertidumbre. Es de profunda responsabilidad, por lo tanto, de todos los actores internos tener la disposición de lograr en la próxima junta nacional del 5 de diciembre, un acuerdo en el que la diversidad partidaria sea representada en base a un diseño político eficiente y de emergencia.

Mi camarada y amigo Jorge Burgos, con quien he tenido grandes diferencias políticas, resulta una gran alternativa para conducir el partido en estos momentos, por cuanto representaría una transición de la dirección nacional saliente a una nueva de integración nacional, en la que él debería tener la responsabilidad de conducir al partido en un proceso de consolidación comunitaria. Sé que pueden haber habido en el pasado fricciones política e incluso personales, pero la buena voluntad política que requiere la salvación del partido debe imponer la generosidad por sobre el rencor y la sospecha.

Una nueva dirección de integración nacional es un requisito fundamental de salvación partidaria en la que la diversidad demócrata cristiana esté representada. La integración nacional surge del proceso de consolidación de comunitaria primario que debe llevarse a cabo este mes, antes de la junta nacional, en la que el diálogo sincero, abierto y respetuoso debe acaecer.

Es de justa necesidad que una dirección de integración nacional se base en un diseño político que represente dicha diversidad, expresada en una composición en donde los sectores que apoyaban a la camarada Soledad Alvear, los que apoyan a los camaradas Eduardo Frei y Marcelo Trivelli estén representados. Asimismo, es imprescindible la presencia de los jefes de bancada tanto del Senado como de la Cámara de Diputados y la de un representante de los alcaldes y concejales electos a nivel nacional, cuyos méritos están expuestos de sobremanera como por ejemplo: Claudio Arriagada, Jaime Bertin, Alberto Undurraga, entre otros. Si bien, es antiestaturia la presencia de un alcalde en la mesa nacional, la ley está al servicio de la persona y no al revés, lo que la junta por lo tanto, lo puede resolver en un momento. El resto de la diversidad tendencial también es importante de considerar de acuerdo a la representación democrática y la voluntad de bien común partidario.

Camaradas, con la generosidad y humildad de nuestros aciertos y errores, tenemos la oportunidad de lograr en la próxima junta nacional una dirección nacional de integración y de consolidación comunitaria que tiene el desafío de salvar nuestro querido partido, recuperar nuestra identidad y ponerlo nuevamente en el centro político como un partido de vanguardia social y comunitaria.

Fraternalmente
Camarada Gonzalo Wielandt