viernes, septiembre 28, 2007

Están a oscuras… Tiene miedo y No saben que hacer…

Érase una vez un juego, de estos de los equipos, donde se debía obtener jugadores, dos filas, más que nada se debía jugar con equidad, equilibrio y compartir, si eran trece u otro numero impar uno quedaba para el cambio o bien se excluía, siempre era el peor, para la pelota o simplemente el cojo, que no le servia a nadie. Fuerte no les parece?, y es cierto siempre se segrega al cojo, sobretodo cuando niño porque excluyes sin explicaciones y sin justificación alguna, mas que ello produces daño que puede ser irreparable. En mi grupo había uno, pero mis amigos y yo buscábamos la forma que jamás como amigo quedara excluido, era el múltiple, a veces arbitro o guardaballas o pasa pelotas, o el de las banderas, o era jefe de la barra o por ultimo el que cuidaba nuestra ropa, en esos tiempos, que yo te hablo ni siquiera camarín había, pero éramos felices, sobre todo mi amigo era realmente integrado estaba por el bien del equipo, jamás fue integrado por lastima, pero en ese entonces también éramos niños, los niños suelen ser crueles, pero no dañan, al rato sigue el juego, no se contaminan ni son tan graves en sus actitudes.
Parecería totalmente contradictorio, que siga siendo discriminado, hoy en mi partido demócrata cristiano, siendo un adulto, inteligente y capaz, mas aun después que aprendí por mis padres cristianos, que antes de ser demócratas éramos cristianos, que la única forma de enfrenar, debatir, y unificar ideas, era preservando siempre que el ultimo recurso del ignorante que es la violencia, en el entendido de que esta es una forma de agredir. No puedo entender entonces, que quienes dirigen en la región tengan actitudes ganteriles, que te amenazan con quemarte políticamente, si te amparas en verdad, parece mas contradictorio aun, que estos lobos disfrazados de ovejas sigan planificando belleza para algunos, fealdad en su magnitud para otros, porque ni siquiera conocen la verdad, y la verdad es que el cojo, el manco, el ciego, el mudo incluso, el falto de juicio lo hizo Dios, la tristeza con estas actitudes no se puede instaurar, menos en mi partido, por más que nuestra presidenta haga vista gorda, y no se haga lo que se dice, donde las señas en este tema pese más lo meramente político partidista, y por otro lado la Sra. Ximena Rincón jamás se ponga de acuerdo con Sr. Ignacio Walker, en el controversial debate sobre la unidad. Lo insólito es que si gente dirigente tiene esta gran controversia, que se puede esperar de la Sede Partidaria de Coquimbo, donde la elección de los congresales es todo un grupo de secuaces del Caudillo de Coquimbo, Pedro Velásquez Seguel, que aparte esta manada de perros hambrientos de poder llevan como cabecera a la Sra. del ex Caudillo y su hijo, Danielito el travieso, en una actitud de Velásquez Seguel de narcotraficante que una vez preso sigue manejando por celular desde lo oscuro de la cárcel ha su regalado antojo. Cabe preguntarse ante tales actitudes: ¿Cual será el aporte de este grupillo?, que esta compuesto por algunos que a continuación detallo: Patricio Contreras Sindical del Puerto de Coquimbo, Eduardo Ávila Presidente de Profesionales y Técnicos de la Comuna de Coquimbo, Moira Navea Encargada Social del Nuevo Centro de Salud Sector Covico de Coquimbo, Felipe Velásquez Navea sin cargo aparente, Carlos White, Funcionario Municipal, dejare a los jóvenes que van aparte para ni siquiera contaminar con este grupillo de fracasados políticamente, y cuando me refiero a que aporte le entregan al partido, me refiero a que a todos los que estoy nombrando son fracasados e incompetentes, cómplices de Velásquez. Y como dice Pedro Velásquez y sus secuaces; que yo hablo solo por hablar, muy por el contrario se que esta figuras fieles representantes del Partido de Coquimbo, por convicción jamás podrán hablar de:
Más democracia interna = ya que en estos mas de dieciocho años jamás lo han hecho. Realizan las reuniones entre gallos y medianoche con los honorables diputados Sr. Patricio W. y Sr. Jorge P., en cualquier bar o sala de quien sabe donde y entre cuatro paredes decidieron el fracaso político indesmentible de la Cuarta Región de Coquimbo.
Mayor transparencia hacia la comunidad = Nos pusimos todos colorados por la culpa de Velásquez, que aparte aun niega ser un ladrón de poca monta y mas encima no quiere pagar lo que la ley le asigno. Es mas necesita dinero para mantenerse, financieramente esta mal, y estratégicamente colocan en una hábil Maniobra Política con carácter acción negociadora de parte del Sr. Pereira actual edil en la zona a la Sra. Moira Navea, como asistente social en el nuevo Centro de Salud de Coquimbo, del sector Covico.
Sentido de la militancia = Le temen a depuración del padrón, pero si inscriben y borran los padrones a vista y paciencia de la cúpula Santiaguina.
Responsabilidad política efectiva = En la Administración Publica la autoridad se delega no así la responsabilidad, Montoya Presidente Comunal de Coquimbo; fuiste el mano derecha y Asesor Político de Pedro Velásquez, durante los cuatro periodos de gobierno comunal. Más de dieciocho años, cambia tu discurso, abandona el cohecho.
Renovación de liderazgos = En mi partido pensar diferente o decir la verdad, les molestas, te discriminan sin siquiera darte la oportunidad. Soy para ellos soy un cabezón pero no cabeza de músculo, soñador y extrovertido, es verdad muchas veces pensé ser cojo, y le pregunte a Dios por que no fui cojo? , y en su gran sabiduría y mi oración Dios me respondió, la verdad es que en Chile, en el mundo y en mi partido se tiende a perdonar a los Criminales e intentar lapidar a los Soñadores. Pero no olviden que también es verdad que Thomas Albert Edison era cabezón, y fue excluido, antes de inventar la ampolleta, y donde otros vieron mil veces fracasos antes de lograrlo, él, por convicción dijo: solo fueron mil veces como no hacer la ampolleta. Una gran diferencia me aleja de ellos, es que donde ellos ven oscuridad, yo fui entrenado para encontrar la luz.
Segregaron un genio, y tiene miedo de las nuevas ideas solo por que no calzan en ellas.
Juan Rafael Veliz Vera