jueves, junio 28, 2007

El Sentido Social en el Voto de Zaldívar...Por: Jaime Escobar M.

El Partido Demócrata Cristiano se fundó para promover la acción social en beneficio de los más pobres y desprotegidos. Tal como lo indica la doctrina social de la Iglesia, reafirmada en el Concilio Vaticano II.
La historia de Chile recuerda la gran victoria de la “revolución en libertad” y la “marcha de la Patria joven” que otorgó al Presidente Frei Montalva un rotundo triunfo y mayoría parlamentaria en ambas cámaras del Congreso Nacional.
Este fue el ideario de sus fundadores y hombres notables de la vida pública nacional como Leigthon, Tomic, Castillo, Rogers, Orrego, Gumucio y, por cierto, Frei Montalva, entre otros hombres dedicados al servicio público y de profunda visión política. Por algo en los años 60 -70 se promulgó la primera Ley de Reforma Agraria y se inició el proceso de nacionalización del cobre. Ambas iniciativas afianzadas después bajo el gobierno del Presidente Allende.
También durante la dictadura la gran mayoría de los dirigentes y militancia democratacristiana estuvo junto a partidos y organizaciones de izquierda luchando, desde sus frentes, contra la dictadura militar. Esto, sumado a la voz que el Cardenal Silva Henríquez levantó sin temor al fascismo.
Ante estos breves antecedentes y hoy enfrentados a mirar la realidad de lo que ocurre en el PDC, como consecuencia del voto en contra del Senador Adolfo Zaldívar a inyectar 290 millones dólares al traumático Transantiago, resulta a lo menos ridículo y fuera de lugar las reiteradas descalificaciones que está sufriendo el legislador, simplemente, por actuar de acuerdo a su conciencia ante una situación de por sí discutible.
No nos corresponde hacer un juicio sobre resoluciones partidarias internas. Pero sí como ciudadanos emitir una opinión sobre este escándalo de llevar al Tribunal Supremo de la DC a un Senador sólo porque no se alineó con el resto de su Partido y Conglomerado concertacionista en una decisión delicada y confusa. Ya que eso es, precisamente,el descalabro financiero y técnico llamado Transantiago.
La esencia del humanismo cristiano, que inspira las bases mismas de la DC, está sustentado en la libertad de discernir sobre cual ha de ser la conducta de una persona cuando está en juego el bien común de la sociedad. Y, el voto en conciencia es constitutivo de ese derecho por sobre directrices partidarias que no necesariamente pueden ser las más justas o convenientes para las mayorías.
Lo que no es aceptable bajo ningún concepto, es el estilo que usa por ejemplo, el Diputado Jorge Burgos, cuando dice desde Londres que si al Senador Zaldívar no le gusta lo que indica la directiva partidaria “¿qué hace entonces en la DC?” Esa expresión arrogante y temeraria no se compadece ni con la inspiración ni con el espíritu doctrinario de la Democracia Cristiana.
Por una razón tan de verdad como contundente: todos los que sufren las anomalías del Transantiago se merecen una explicación y una urgente corrección por el daño a la calidad de vida que a diario soportan millones de personas. Tal como hoy mismo en el Salón de Honor de la Universidad de Chile se lo gritaron a Ricardo Lagos.
Y si de pasar cuentas se trata como los sicilianos o de acusar a un Senador democrático de “estar” con la Derecha, en honor a la verdad un solo antecedente: ¿Pasaron al Tribunal Supremo del PDC a los dirigentes que apoyaron y aplaudieron el Golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973, encabezados por Patricio Aylwin y Carlos Figueroa, entre otros?
Entonces, que vuelva la directiva de la Democracia Cristiana a sus orígenes que la hicieron grande y respetada en estas y otras latitudes. No se puede sancionar a un Senador por actuar en conciencia y en forma sensata. Tampoco se puede castigar a una persona por decir una verdad que clama al cielo: que el sistema de transporte santiaguino es “un verdadero crimen social”.