sábado, febrero 10, 2007

..LA SEXUALIDAD..LOS TEMAS DE FIN DE SEMANA.."LAS RELACIONES DE AMOR Y ODIO"...

En el inmenso prisma de las relaciones de pareja podemos encontrar muchísimos tipos y estilos. En algunos casos, la propia relación propicia el crecimiento de ambos miembros de la pareja. En otros, sin embargo, se crean dinámicas que pueden resultar bastante destructivas y dañinas. Es posible que las dinámicas sean positivas desde el principio. Pero es probable simplemente que algunos patrones de conducta se agudicen poco a poco y vaya creando dinámicas poco sanas.
El gran desafío en la relación es mantener equilibrio entre la cercanía y la independencia que sientes los miembros de la pareja. No es poco común que uno o ambos vayan cediendo y perdiendo iniciativa hasta llegar a un punto que les resulta francamente incómodo. Su sensación de libertad se va perdiendo y van sucumbiendo a la inercia de una relación dependiente −o incluso simbiótica−. Por desgracia, la percepción que tienen de lo que está ocurriendo suele ser poco clara, vaga y confusa. La mezcla de sentimientos nubla la percepción de la situación y uno −o ambos miembros de la pareja− se ve determinado más fuertemente por la emoción que por la razón.
El principal problema con este tipo de relaciones es que se van creando resentimientos. La persona siente −consciente o inconscientemente− que ha cedido demasiado, que su individualidad se ha ido perdiendo y se siente cada vez menos libre en sus movimientos. La dependencia que ha ido creando le pasa factura. Al mismo tiempo esa dependencia le impide evaluar la situación con claridad y optar por elecciones que pueden conducirle a sensaciones más agradables y a una relación más sana.
La mezcla de amor y rechazo puede causar muchísima confusión y dolor. Normalmente, hace que el devenir de la relación −para bien o para mal− sea bastante complicado. Por un lado, es posible que las personas sigan queriéndose −aunque el amor tenga tintes de egoísmo y dependencia−. Por otra parte, el resentimiento generado a causa de la sensación de pérdida de libertad produce malestar, aversión y hasta odio con respecto a la otra persona. Y así, los miembros de la pareja oscilan entre el amor y el rechazo que sienten hacia cada cual.