domingo, febrero 04, 2007

..EN BRAZOS DEL HOMBRE MADURO...ELTEMA DE FIN DE SEMANA...

El miedo a envejecer es uno de los temores más grandes del ser humano. Actualmente existe un despliegue de industrias que comercializan el elixir de eterna juventud, vendiendo esperanza, ilusiones y promesas más o menos tangibles en multitud de productos. Como podemos suponer el sexo está firmemente asociado a esa juventud ansiada. Sexo, potencia y pasión son palabras ligadas a esa etapa de la vida.
Cuando llega la década que va de los años 40 a los 50, por mucho que nos cuidemos y por muy jóvenes que nos sintamos por dentro, irremediablemente la juventud es un recuerdo. Con frecuencia, los hombres de esta edad parecen ser muy vulnerables a este sentimiento de pérdida, especialmente en lo que se refiere a la calidad de su erección. En consulta se puede percibir flotando en el aire sus temores sexuales: temor a perder la erección, a no obtenerla, a no durar lo suficiente, a eyacular antes de lo deseable, a que ella no orgasme, a no dar la talla...
Esta década se ha asociado a un periodo de crisis masculina. En este periodo evolutivo del ser humano, el vigor y la lozanía de la juventud evoluciona a formas maduras. Esta evolución irremediable e imparable es muchas veces vivida como una pérdida. Algunos reaccionan sometiéndose a maratonianas sesiones deportivas, que con frecuencia sobrepasan el saludable disfrute de sentirse en forma, y se convierten en una carrera imposible huyendo del miedo a la decrepitud. Otros se unen a parejas jóvenes, como si estas pudieran contagiarle su lozanía. Y buscan con nuevos estímulos sobreponerse a la rutina en su búsqueda de la añorada pasión.
Lo que estos hombres no saben, o quizá no quieren asumir, es que ahora no es tan fácil excitarse, que necesitará un juego amoroso bastante más prolongado para que se produzca una erección; y que muchas veces el temor de alcanzarla puede bloquearla hasta el extremo de que esta no se produzca. Antes con solo mirar o pensar en un cuerpo deseado el sistema funcionaba de maravilla; y el mecanismo de la erección se despertaba sin que necesariamente mediaran toques y contactos. Sin embargo, ahora, si el pene no recibe estimulación sensorial directa en forma de caricias, es posible que no responda físicamente al interés cognitivo de acercamiento sexual.
Algunos hombres saben todo esto y son capaces de disfrutar de su madurez, de entender que el tiempo pasa para todos y que siempre es mejor disfrutar de lo que se tiene que llorar por lo perdido. Y se convierte en maravillosos amantes, que saben suplir la potencia por la ciencia, y que disfrutan y saben hacer disfrutar cada minuto como un regalo.
¿Cuál es tu experiencia de este tema? ¿Has tenido algún compañero sexual maduro? ¿Cómo vives el sexo en tu madurez? ¿Te preocupa el paso del tiempo y su influencia en tu vida?