miércoles, enero 17, 2007

..UN NUEVO PRESIDENTE EN ECUADOR....N.HADAD..

Rafael Correa asume la presidencia del Ecuador después de ganar la segunda vuelta con una amplia mayoría al magnate bananero Álvaro Novoa, en una sorpresiva elección.
El nuevo presidente, sin vida partidaria, era un desconocido en la política ecuatoriana, hasta asumir como ministro de economía del gobierno del presidente Palacios, por un breve periodo, tras confrontarse con los organismos de crédito internacionales, al intentar una moratoria en el pago de la deuda externa. En su campaña, ataca a la clase política, calificándola de “mafia y cloaca”. Se ha declarado amigo del presidente Chávez y mira con simpatía la revolución socialista bolivariana. Su elección provoca el colapso de los partidos tradicionales y la conformación de nuevas mayorías en el Congreso, encabezadas por el PRIAN, con la primera mayoría, que dirige su principal opositor Álvaro Novoa.
La política ecuatoriana en los últimos 24 años, desde el retorno a la democracia está afectada por una crónica inestabilidad política y una ausencia de gobernabilidad en la conducción general del Estado. En los últimos 10 años el país ha visto cambiar 8 presidentes y 3 de ellos no pudieron terminar sus mandatos constitucionales. En su mayoría se trata de presidentes débiles políticamente, sin las mayorías parlamentarias necesarias para asegurar un adecuado funcionamiento institucional del país.
No ha existido en el Ecuador una cultura de coalición, ni procesos de diálogo a través de los cuales los actores políticos puedan llegar a la formación de acuerdos y el logro de consensos para resolver los grandes problemas nacionales, en especial el nivel de la pobreza que llega al 60% de la población, con graves desigualdades y marginalidad, especialmente en el mundo rural. En los últimos años más de 3.000.000 de ecuatorianos han emigrado a Europa y EE.UU, buscando nuevos horizontes y oportunidades laborales. Las remesas alcanzan a usd 1.800 millones anuales y constituyen la segunda fuente de ingresos del país después de los hidrocarburos.
El nuevo presidente impulsa la refundación del país a través de la convocatoria a una asamblea constituyente con plenos poderes, que enfrenta una fuerte oposición en diversos sectores del congreso ecuatoriano, que podrían verse sustituidos, pese a que sus mandatos están recientemente legitimados por la voluntad popular.
La obsesión por una reforma política, no parece como la primera prioridad para el pueblo ecuatoriano que espera que el nuevo gobierno sea capaz de satisfacer las demandas sociales que urgentemente requiere el país y que permita a las grandes mayorías nacionales acceder a mejores niveles de empleo, vivienda, educación y salud.
Finalmente, cabe señalar que el Ecuador, una vez más, enfrenta el grave riesgo de continuar por la senda de la inestabilidad política. Confiamos que se imponga la racionalidad política y que el nuevo gobierno busque viabilizar a través de un acuerdo político con el Congreso Nacional un consenso que permita llevar adelante su propuesta de una consulta popular para instalar una asamblea constituyente con el fin de redactar una nueva Constitución.
Este intento amenaza con convertirse en la primera confrontación de su gobierno, provocando un conflicto entre dos poderes del Estado, los que históricamente se han definido a favor del Congreso, en virtud de una amplia facultad que la Constitución le ha conferido para enjuiciar al Presidente y proceder a su remoción. Nelson Hadad Ex Embajador de Chile en Ecuador.