miércoles, diciembre 27, 2006

....Y JESÚS...¿DÓNDE ESTÁ?....D.HERRERA..

Siento que Jesús está secuestrado. Nadie sabe donde ésta. Ha sido reemplazado por el espíritu navideño y por un personaje comercial al mil por ciento, el viejo pascuero. La navidad como festividad religiosa es hoy solo un pretexto para vender y ganar. Jesús es incomodo. No vende.
Claro, me dirá uno. Si tanto buscas a Jesús metete en una Iglesia y ahí lo encontrarás. Pero por favor, déjate de joder, y no interrumpas la fiesta de consumismo.
Otro más plecaro, me sugerirá que me lo tome con calma, que son los signos de los tiempos, que el mercado manda y que, bueno, es entretenido regalar y que te regalen, comer una rica cena de navidad, darse abrazos y desearse lo mejor.
No falta el cura de élite, que me invitará a armar una caja de no perecibles y que luego la vaya a dejar a la sede de algún movimiento o a una parroquia, y listo, el deber está cumplido y ha pasarlo bien, abriendo regalos. El tipo es de aquellos que administra una organización de caridad que me descuenta pesos en el supermercado y si soy conocido, me invita a una frugal cena para fortalecer mi espíritu caritativo.
En fin, lo real es que Jesús desapareció de estos días, sin perjuicio que miles de cristianos lograron recordar su nacimiento en su intimidad comunitaria, familiar o personal. Lo que da rabia es que su desaparición en el espacio social, vaya de la mano con la instalación de un odioso personaje bonachón, salido de la imaginación de las agencias de publicidad, que carece de toda densidad moral, y que al contrario, su estética es absurda.
Es un personaje nórdico, que vive en el polo norte, que viste como un payaso y que como máxima exigencia ética pide que los niños se hayan portado bien. Su nombre mutó de san Nicolás a Viejo Pascuero, y es posible que sea el lado simpático del viejo del Saco. Fuera de bromas, no hay comparación entre este grotesco personaje y Jesús de Nazareth.
Un dato. Muchos locales de mall o centros comerciales hicieron trabajar a sus empleados fuera de los horarios permitidos y soportaron millones de pesos en multas laborales. Nada les importó, pues la ganancia navideña es suficiente para pagar multas e igual tener utilidad. Un escándalo.
Sin embargo, ¿donde esta la Iglesia?, ¿Porque no se pide que estas fechas no sean feriado con motivo del nacimiento de Jesús y que derechamente se les llama “las 48 horas del viejo pascuero” o el día de regalar a los seres queridos?
Jesús debiera dejar de ser la excusa para justificar unos feriados de intenso consumo. ¿Porque no derechamente declarar esos días en honor de su nuevo ídolo, el viejito pascuero?
Todos sabemos que el 24 de Diciembre solo es una fecha simbólica. En realidad no se sabe la fecha exacta del nacimiento de Jesús, por lo que no estamos faltando a la memoria del Maestro si pedimos un cambio de fechas. El espíritu necesita un ambiente adecuado, y claramente estas festividades han perdido su naturaleza religiosa.
Lo que se hecha de menos es que los cristianos seamos uno a la hora de recordar a nuestro maestro, no sólo en el ámbito privado como algunos laicisitas y relativistas quisieran que lo hiciéramos, sino que en todos los espacios sociales y comunitarios en donde vivimos y hacemos nuestra vida.
Rescatemos la figura del Maestro de Galilea de este ambiente consumista y jaranero en que lo hicimos desaparecer.