miércoles, diciembre 20, 2006

..R.BRIONES RESPONDE A J.NAVARRETE..DEMOCRACIA CRISTIANA Y CENTRO POLÍTICO...

Con este título Jorge Navarrete Poblete publica una tesis que me gustaría comentar. Su planteamiento es que la DC es un partido de centro izquierda pues privilegia los temas socioeconómicos, en cuanto ellos deben abordarse en la perspectiva de los más necesitados. Los llamados “temas valóricos y culturales” no serían de centro izquierda y serían menos “relevantes” para la la definición del partido. Como consecuencia, la DC no tendría, a su juicio, ningún horizonte posible que no sea el de la actual coalición.
Desde mi perspectiva, los temas valóricos y culturales no pueden separarse de los económicos y sociales. Una correcta aproximación hacia el tema económico y social necesariamente debe hacerse desde una perspectiva filosófica y moral. Por ello hemos sostenido la necesidad de corregir el modelo.
Durante el gobierno militar lo que hizo a la DC formar equipo político con la izquierda fue precisamente el tema valórico. El desprecio por la libertad, la vida, la integridad física y psíquica de nuestro prójimo, la ausencia del debate público, de medios de comunicación libres, de derecho a reunión, en fin, la ausencia de todo valor propio de una democracia, nos hizo juntarnos con quienes antes habiamos discutido. En la búsqueda de esos valores es que nació la Concertación.
Si hoy día el cuadro comienza a cambiar y nuestros aliados circuntanciales deciden levantar temas que hieren el alma central de nuestra filosofía política, no debe caber la menor duda de que nuestro partido, aun al alto costo que impone el sistema binominal, deberá separar aguas. A este riesgo se une la circunstancia de que el proyecto económico social de la DC se ésta alejando significativamente de la forma de hacer economía de los últimos gobernantes de la Concertación, que han escogido, en una vía socialdemócrata liberal, un acuerdo que claramente privilegia materias de interés del gran mundo empresarial.
A su vez, la derecha ha sufrido cambios significativos. Algunos líderes ya comienzan a mostrar una saludable distancia de ciertos intereses corporativos y no hay razón para dudar de la repugnancia que a la mayoría le produce lo ocurrido en derechos humanos en el gobierno militar.
En definitiva, advierto suficientes motivos para que la DC piense durante nuestro congreso, con mucha seriedad, su política de alianzas, ya sea para modificarla o reformularla.