sábado, agosto 19, 2006

DOCUMENTOSOBRE EDUCACIÓN "CRISTIANOS EN POLITICA"

Por Gabriel de Pujadas.

No es una simple casualidad lingüística el ser, al mismo tiempo,demócrata y cristiano en política. Lo democrático es, desde una perspectiva política, lo substancial en esta formulación, pero lo cristiano le agrega no solo un accidente circunstancial a la democracia, sino que le imprime un sello que prácticamente modifica lo substancial de la misma, creando así una nueva fórmula política y de vida que para los militantes demócratas cristianos es indisoluble desde todo punto de vista.Es por eso que se entiende la democracia empapada de los valores cristianos y no de otros, aunque muchos de esos, que no están explícitamente referidos al cristianismo, tienen una cabida generosa en lo que es la configuración del mundo cristiano. Por ejemplo el humanismo laico es un caso de lo mismo y queda comprendido en y complementado, a nuestro juicio, por el humanismo cristiano, llegando a ser una mayor expresión de la capacidad humana para ser personas plenas.

Ser cristianos en política implica sustentar algunos ejes que nos son propios (valores, ideas, juicios, creencias), no de manera excluyente,pero si hechos carne en cada militante en nuestra actividad política.No todo es perfecto, sin duda, pero hacia eso se deberían inclinar nuestros quehaceres cotidianos. Por eso, solo a modo de ejemplo,mencionaré algunos de esos ejes básicos que deberían orientar nuestroquehacer político, comprendiendo que quedan muchos de alta importancia fuera de este listado (la pobreza, las desigualdades, la globalización, el deterioro del medio ambiente, etc.) :La política debe ser entendida como una actividad que se da en torno al poder, pero que en su esencia es una actividad impregnada por los valores de la ética y la estética (lo moral y lo bello o adecuado) y que tiene por fin el representar las visiones del mundo que grupos de personas tienen sobre la realidad, especialmente la realidad de la sociedad en la cual conviven.

Para esto existen los partidos políticos que se organizan en torno a estas visiones globales (y/o específicas)sobre el mundo, desarrollando políticas sobre las realidades y estrategias y acciones tendientes al logro de sus ideales (deber ser)en esas mismas realidades, para lo cual llaman a los ciudadanos a integrarse en sus organizaciones, con el fin de que sus representados sean cada día más potentes y puedan delegar en ellos el poder que les es conferido naturalmente, por el sólo hecho de ser personas.La aceptación del otro en cuanto otro, reconociendo su singularidad y/a la vez, la comunidad que desarrolla conmigo en cuanto somos personas, distintas pero básicamente personas. De aquí nace la idea de la diversidad y de la misma, la idea de la diversidad cultural, que hoy sustentamos como uno de los ejes de nuestros planteamientos políticos. La diversidad es, por lo tanto, el producto más directo dela idea de persona, como un universo único y de eminente dignidad (E.Mounier).

La idea de la capacidad de la persona de aprender de manera permanente durante todo el transcurso de su vida, constituyéndose en una variable de desarrollo del potencial humano que la hace una de las realidades más valiosas que se encuentra en el universo. En la sociedad actual eso implica que el crecimiento del conocimiento, mediante una buena enseñanza y un adecuado aprendizaje, es uno de los factores de mayor fortaleza que la misma pueda tener para su propio desarrollo y la calidad de vida de sus habitantes.Cada persona se desarrolla de acuerdo a sus propios talentos, los cuales deben ser canalizados mediante los medios facilitados por los recursos que posee la sociedad organizada. A nadie le debe ser ajeno el hecho de poder disfrutar de los medios que la sociedad crea bajo la consigna del "trabajo bien hecho" por cada uno de sus habitantes.Todos tienen el derecho de usufructuar de los bienes comunes en la medida que cumplan las tareas que corresponden a la creación de dichos bienes.

La sociedad cristaliza así la idea de la solidaridad (amor social), en la cual los que poseen menos capacidades, pero las utilizan adecuadamente, deben ser compensados, por el sólo hecho de pertenecer a ella, por el resto de los habitantes. La idea de un destino común debe primar por sobre la idea del destino individual. La idea de la solidaridad debe sustituir a la idea de la simple competencia individualista. El trabajo en equipo, la idea de la sinergia, la idea de la comunidad de esfuerzos, se levantan como ejes básicos de una nueva forma de vida social, laboral y económica. La idea del comunitarismo puede adquirir nuevamente fuerza en los planteamientos de la democracia cristiana, como una nueva forma de fraternidad humana.

La familia es otro de los ejes fundamentales del pensamiento demócrata cristiano, en la medida que en su interior se gestan las viejas y nuevas formas de convivencia social que las generaciones debe ejercer para su sobrevivencia y desarrollo.El trabajo bien hecho es otro de los factores que se propugna por parte de los demócratas cristianos, en la medida que éste es una pieza singular del desarrollo humano, no sólo como un medio de obtener y acrecentar nuestros bienes, sino por el hecho que éste se constituye,en muchos casos, como un elemento fundante de nuestra propia identidad personal y social.

El emprendimiento, como una forma de enfrentar nuestra vida cotidiana,especialmente en el ámbito laboral, con creatividad, constancia,nuevos conocimientos, conciencia abierta y capacidad de riesgo emprendedor. El emprendimiento lo entendemos como una forma de relación persona-mundo que puede ser enseñada desde el sistema educacional mismo, pasando por etapas sucesivas de complejidad creciente, hasta llegar a las fases operativas en donde deben ejercerse otros apoyos de parte del Estado, como la asistencia técnica, la capacitación, sistemas de ahorros, fondos concursables,etc.La gestión del conocimiento, entendida como la capacidad de las personas y grupos humanos de realizar procesos para formar una masa crítica de conocimientos sobre sus propias experiencias cotidianas y especialmente laborales o intelectuales.

La gestión del conocimiento es un proceso, que se inserta en el modo por medio del cual se forma ydesarrolla la cultura en las sociedades contemporáneas, traspasadas por la capacidad de almacenamiento y análisis de la información,disponible cada día más en cantidades y calidades crecientes. La gestión del conocimiento es un proceso que también puede ser enseñado al interior del sistema educacional y en las experiencias laborales que se dan en todo tipo de empresas y organizaciones.Los medios productivos diversificados son una característica del mundo contemporáneo y a lo cual hay que enfrentarse para resolver no solo el tema de las respuestas que debe tener el sistema educacional frente a la formación de nuevos potenciales humanos, sino considerarlo como un esafío de la diversidad. Las formas productivas diversificadas (desde las artesanales hasta las mas complejas como aquellas que deslindad con el mundo virtualy la nanotecnología ) son hoy día desafíos a la inteligencia humana incomprensibles hace 10 años atrás y que hoy implican que los partidos políticos los asumen con un espíritu de apertura y sistematicidad que antes no les era requerido.

Los demócratas cristianos debemos estar atento a "los signos de los tiempos" y dentro de éstos cabe la diversificación del mundo laboral,productivo y de servicios.El fortalecimiento de los cuerpos y organismos intermedios de la sociedad. Sigue siendo la mejor medida propuesta por nuestros pensadores originales que afirman la necesidad de fortalecerlos como un medio de dar cabida a las inquietudes y necesidades de las personas que quieren integrarse en proyectos colectivos de carácter más comunitario y el afán del Estado que, en una medida muchas veces desmedida, quiere apropiarse y controlarlo todo. Los cuerpos intermedios entre la Persona y el Estado son garantía cierta de la búsqueda de un equilibrio social que se hoy se requiere con prontitud.La participación, nacida del planteamiento anterior y de la naturaleza misma de la persona humana, que quiere participar activamente en la conducción de su destino de manera libre e informada, es una pieza clave en la construcción de una nueva sociedad de signo democrático y cristiano.

La persona humana es un ser que tiene el potencial de crecer, cada día más, en grados de perfección, al igual como lo puede ser la sociedad en la cual habita y eso implica expresar sus necesidades y expectativas hacia el mundo circundante, como tambiénbquerer configurar su entorno, de manera tal que le permita forjar en éste las condiciones para llevar a cabo una existencia adecuada como persona y como núcleo familiar. La participación, por lo tanto, no es sólo un requerimiento de la organización social y económica de la sociedad, sino que es una necesidad de la expresión de la libertad de los seres humanos.El avance tecnológico y científico que hoy vive el mundo de una manera tan abrupta y acelerada es parte de la realidad compleja con la cual debemos vivir. Este debe ser asumido por los militantes demócratascristianos como una forma de "comprender" la realidad que hoy nos toca vivir.

Antes la preocupación podía ser la erradicación de los conventillos y después las poblaciones callampas, en otro momento el aumento de la cobertura escolar en básica, en otro la necesidad de aumentar la matrícula universitaria, y así sucesivamente, los focos de atención de las preocupaciones van cambiando con los tiempos. Hoy el avance científico y tecnológico, por su tremendo impacto en las relaciones humanas, debe ser visto como un foco de preocupación alcual los demócratas cristianos debemos estar abiertos y atentos a su desenvolvimiento.Una ética solidaria debe ser un faro orientador de todas nuestras acciones, que deben impregnarse del amor social como una forma de comprender el mundo y vivir la existencia en sociedad. Una solidaridad que nos marque éticamente hacia el servicio de los infantes, jóvenes,mujeres, adultos mayores y todos aquellos otros que necesitan de una atención especial. Una ética solidaria, enclavada en nuestro sentir político como demócratas y cristianos, es una vía para el mejoramiento de nuestra calidad de vida como personas y ayuda incalculable para las mayorías nacionales.No obstante lo anterior de nada servirían nuestros esfuerzos sino los encamináramos hacia la obtención más plena de la libertad y la justicia que deben primar en nuestras existencia.

Sin libertad y sin justicia se produce un vacío en los conceptos de democracia y cristianismo. Nacimos para ser libres. Nacimos para vivir en una sociedad justa con sus hijos. La democracia cristiana nace para el logro de estos dos valores que nos han sido tan queridos durante nuestra historia partidaria. Hoy día es labor nuestra darle a estos valores, en el mundo que nos tocó vivir, los contenidos que son necesarios y que hemos reseñado de manera tan somera en los párrafos anteriores.